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sábado, 22 de octubre de 2022

SOBRE LA MUERTE DE SÓCRATES Y EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA

Sócrates dialogando con Diotima de Mantinea y quizá con Platón (anónimo).


Consultar al Oráculo de Apolo, tanto en el templo que tuvo en la isla de Delos como el que luego fue su famoso templo en Delfos, del que Plutarco fue sacerdote, requería de una pregunta bien planteada ya que solo de ese modo el Oráculo podía emitir una respuesta adecuada. Nadie que tuviese que tomar una decisión crucial para su vida, enfrentar un dilema o realizar un viaje dejaba de acudir al consejo de Apolo. Sabemos que Eneas se detuvo en Delos para preguntar al dios, qué camino debía tomar para fundar Alba Longa, que fue el origen de Roma. Otros dirigían sus preguntas en pos de una orientación que les guiase a elegir entre la diversidad de creencias y filosofías que había en esa época.

Querefonte, un ciudadano ateniense, buen amigo de Sócrates y reconocido político demócrata, fue al Oráculo de Delfos para hacer la siguiente pregunta: ¿Quién de todos los filósofos y pensadores es el más sabio?  El Oráculo, por medio de la Pitonisa, respondió que Sócrates era el más sabio de todos ellos. Ciertamente, aunque la Filosofía nace con Pitágoras siendo el primero en nombrarla, es Sócrates quien la desarrolla y le da forma.

Naturalmente enseguida corrió por todas partes esta respuesta oracular llegando hasta el propio Sócrates quien quedó totalmente sorprendido. ¿Cómo podía haber emitido el dios aquella respuesta cuando él se consideraba tan ignorante sobre tantas cosas?

Y es por ello que a partir de ese momento se dedicó a desentrañar el enigma del dios, esto es, a preguntar sobre lo que no sabía a los que decían tener las respuestas. Y así fue como se ganó la enemistad de los sofistas que tras ser interrogados, primero uno, luego otro, y ponerse de manifiesto que los que se tenían por más sabios eran los más carentes de sabiduría, estos se enojaban al quedar en evidencia ante las personas que seguían a Sócrates, en su mayoría jóvenes de familias nobles, que eran también los más ilustrados. Platón es el mejor ejemplo, un aristócrata hijo de una familia muy ilustre de la antigua realeza del Ática, que desde niño escribía y componía textos teatrales.

Sócrates cuya su filosofía se basa en la “docta ignorancia”, se tomó esa búsqueda como si se tratara de realizar los trabajos de Hércules, pues se propuso ser fiel a su deber consigo mismo y con la divinidad.

Y así, dialogando y reflexionando con unos y otros y esperando saber si habría alguien capaz de rebatirle aquella certeza, refrendada por el propio dios Apolo, fue como descubrió que los poetas no son sabios, sino inspirados con ciertas dotes naturales y que escriben bajo inspiración, Asimismo vio que los profetas y adivinos practican frases inteligentes y bellas, pero nada es fruto de su inteligencia y por ello muchas veces lanzan mensajes sin darse cuenta de lo que están diciendo. Descubrió también que hay otra clase de conocimientos que son los que poseen los artesanos. De todo eso Sócrates reconoce no saber nada.

Como respuesta a las afrentas que recibían por no saber responder a las preguntas de Sócrates algunos de los agraviados, entre ellos un tal Anito, acabaron denunciándolo ante el tribunal bajo la acusación de pervertir con sus ideas a los jóvenes.

Finalmente, el tribunal decidió por mayoría que Sócrates era culpable por lo que fue condenado a la pena de muerte, aunque le dieron a escoger: pagar una cuantiosa multa, o bien aceptar la pena capital a través de la ingesta de cicuta.

Ciertamente Sócrates no tenía esa cantidad que le exigían, ni quiso endeudarse permitiendo que otros pagaran por él la multa, así que no le quedó otra que aceptar tomar la cicuta, lo cual era una deferencia dado que a los reos en general se les encerraba y simplemente se les dejaba morir de sed.

La defensa que Sócrates hizo sobre sí mismo ante los miembros del Senado no solo es conmovedora, sino que constituye el fundamento del pensamiento filosófico que atraviesa y articula la historia y la cultura de Occidente. Este que sigue es un fragmento de su propia defensa que puede seguirse en la Apología de Sócrates, de Platón:

“Veréis atenienses, todos sabéis quien era Querefonte, demócrata como vosotros, desterrado por el régimen de los 30 tiranos y que luego contribuyó a restaurar el sistema democrático. Este amigo mío, en cierta ocasión fue a Delfos y se atrevió a hacer la siguiente consulta al oráculo; preguntó si había algún hombre más sabio que yo, y este le dijo que no había nadie más sabio que yo. Cuando conocí la opinión del oráculo sobre mí, empecé a reflexionar. ¿Qué quiere decir realmente el dios? ¿Qué significa éste enigma? Porque yo sé muy bien que no lo soy. ¿A qué viene, pues, proclamar que lo soy? (…)

Al desenmascarar a la gente ésta se encorajina contra mí (…) Es probable que ni uno ni otro sepamos nada que tenga valor, pero estos hombres creen saber algo y no lo saben, en cambio yo, así como, en efecto no sé, tampoco creo saber. Parece, pues, que al menos soy más sabio que ellos en esta misma pequeñez, en que lo que no sé tampoco creo saberlo (...) Luego ha surgido un grupo de jóvenes que parece que se interesa y me sigue pues le gusta ver cómo interrogo a la gente y ellos mismo me imitan.

De esta indagación, atenienses -sigue diciendo Sócrates- han surgido todos estos odios y estas enemistades, que han provocado las calumnias que sabéis, y me han hecho adquirir el nombre de sabio; porque todos los que me oyen dialogar creen que sé todas las cosas sobre las que descubro la ignorancia de los demás. Me parece, atenienses, que sólo Dios es el verdadero sabio, y que esto ha querido decir a través de su oráculo, dando a entender que toda la sabiduría humana no es gran cosa, o mejor dicho, que no es nada; el oráculo ha elegido mí nombre como un ejemplo, y como si dijese a todos los hombres: el más sabio entre vosotros es aquel que reconoce, como Sócrates, que su sabiduría no es nada.

 Toda mi ocupación ha sido y es trabajar para persuadiros, jóvenes y viejos, que antes que del cuidado del cuerpo y de las riquezas, es del alma y de su perfeccionamiento de lo que os habéis de ocupar, porque no me canso de deciros que la virtud no viene de las riquezas, sino por el contrario, que las riquezas vienen de la virtud, y que es de aquí de donde nacen todos los demás bienes públicos y particulares. Pues bien, si diciendo esto corrompo a los jóvenes, tendré que aceptarlo, pero si alguien sostiene que yo digo una cosa distinta miente. Atenienses tened presente que aunque se me impongan mil penas de muerte no puedo sino afirmarme en todo lo que he dicho, así hagáis caso a Anito, me absolváis o no me absolváis. Y no digo más, porque es hora de partir, yo para morir, y vosotros para vivir. Quién de nosotros va a una mejor suerte, nadie lo sabe, solo los dioses lo saben".  Mª Ángeles Díaz (Fb)

Sócrates tomando la cicuta (1890)

 

 

 



martes, 18 de septiembre de 2018

NUEVA COLECCIÓN: "TEXTOS DE LA TRADICIÓN UNÁNIME"




"Con la publicación de Defensa de Sócrates y Los Misterios de Mitra, comienza una nueva colección monográfica: Textos de la Tradición Unánime, auspiciada por LA MEMORIA DE CALÍOPE". 

"Hoy son más necesarias que nunca las voces que atestigüen la realidad de una Sabiduría Perenne, pero investidas del ánimo y del espíritu de un Sócrates o de un Platón, solo interesados en la justicia y la verdad de las cosas", pero que tuvo que enfrentarse a la calumnia y finalmente a la muerte, por sus mismos amigos. La Apología de Sócrates es el paradigma de lo que le viene sucediendo al sabio, que es juzgado y condenado, silenciado su pensamiento, quemados sus libros o defenestrado de una u otra manera por la misma bestia, la ignorancia.

El segundo texto habla del "luminoso Mitra, hijo del Sol Arquetípico, o de Minerva, diosa sabia y guerrera nacida de la mente de Júpiter, la cual, armada con su lanza-eje, combate contra quienes, títeres en manos del Adversario, siembran la oscuridad y la división en el mundo.

El ser humano es el objeto y el sujeto del Conocimiento, y esto implica vivir esa aventura hasta el 'fondo', experimentando que realmente 'conocer es ser' y que 'uno es lo que conoce' dicho en palabras nuevamente de Federico González, cuya obra, junto a la de René Guénon, confirma esa presencia de la Tradición Unánime en nuestro tiempo, evitando su desaparición del horizonte humano. Vincit Omnia Veritas".

https://memoriadecaliope.blogspot.com/2018/09/textos-de-la-tradicion-unanime.html

Obtener PDF Defensa de Sócrates 
https://memoriadecaliope.blogspot.com/2018/07/defensa-de-socrates.html

Obtener PDF  Los Misterios de Mitra
https://memoriadecaliope.blogspot.com/2018/09/los-misterios-de-mitra.html

Lista de reproducción con los 11 vídeos de "Los Misterios de Mitra".

https://www.youtube.com/playlist?list=PL0hwrcsSfC7Ljp_6KCWgj5h_7sWA1yFdD



martes, 28 de noviembre de 2017

DEL SENTIDO ESTOICO DE LA VIDA




Afirman los estoicos que hay en el Cosmos una simpatía entre todas las cosas. Federico González Frías señala que también creen "que el cosmos fue dispuesto de tal suerte que ciertos signos anunciaban siempre a determinados sucesos. Tal afirmación -añade- legitíma la validez de los oráculos los que están vinculados tanto con los hados como con la Providencia".1

A los miembros de la escuela estoica, se les identifica porque pregonan la Unidad, donde "no hay acepción de personas".

Se llamaban a sí mismos cosmopolitas, ciudadanos del mundo y tenían un sentido cíclico de la Historia.

Sus postulados principales eran: "ni la desgracia ni las tribulaciones afligen al sabio que erigido en arquetipo es inmune a las críticas y a las alabanzas".

Otra de las características por la cual se les reconocía, y se les reconoce, es por ser bondadosos con sus amigos y compasivos con sus enemigos y respetar las leyes del Estado donde residen.  Su pretensión es abandonar este mundo con la conciencia de haber soportado con serenidad tanto sus alegrías como sus tristezas. 

Séneca refiere que "si el sabio es vencido se somete serenamente, sin implorar clemencia, como un gladiador que cae ante la espada del vencedor".

Tal y como afirma Platón en el Fedón por boca de Sócrates, la Filosofía es una preparación para la muerte, y el estoico entiende asimismo que la vida no es otra cosa que una preparación para "ese último acto" con el que cesan todos los sufrimientos y el sabio alcanza su libertad, lo no condicionado. M.A.D. 

Nota:
Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos (Adivinación).
La obra que se expone es de Rafael Sanzio


domingo, 13 de octubre de 2013

La Academia Platónica de Atenas

"Pinacoteca Simbólica"


Dos imágenes representando a los sabios filósofos fundadores de la Cultura Occidental, los que conformaron la Academia Platónica de Atenas. La misma que refundaron varios personajes a lo largo de la historia, siendo los hermetistas del Renacimiento, en Florencia, con Marsilio Ficino, Pico de la Mirándola, etc., los que consiguieron, verdaderamente, levantar de nuevo sus columnas, esto es, las de la Filosofía Perenne.



"La escuela de Atenas" Frescos de Pellegrino Tibaldi en la biblioteca del monasterio de El Escorial. Madrid.


Academia Platónica en Atenas. Fresco de Rafael Sanzio, de Urbino.
"He aquí algunos de los nombres de los miembros de dicha Academia y de otros filósofos
cuyo pensamiento participa de esta Escuela: Pitágoras, Parménides, Sócrates, Heráclito,
Empédocles, Jenofonte, Plotino, Boecio". (Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos" Federico González Frías.

domingo, 4 de julio de 2010

Nacimiento de Venus




Canal de audiovisuales


"Hay una tercera clase de delirio y de posesión, que es
la inspirada por las musas; cuando se apodera de un alma
inocente y virgen aún, la transporta y le inspira odas y
otros poemas que sirven para la enseñanza de las generaciones
nuevas, celebrando las proezas de los antiguos héroes.
Pero todo el que intente aproximarse al santuario de
la poesía, sin estar agitado por este delirio que viene de
las musas, o que crea que el arte sólo basta para hacerle
poeta, estará muy distante de la perfección; y la
poesía de los sabios se verá siempre eclipsada por los cantos
que respiran un éxtasis divino".


domingo, 8 de noviembre de 2009

Oración de Sócrates

.•.


Sócrates y Platón
Opúsculo "Sobre la Fortuna". Pergamino del S. XIII
Obra del monje Mateo París. Abadía de Saint Alban.
Se encuentra en Oxford,  (Reino Unido)  BL Ms. Ashmole 304 (25 186). 

Después de haber mantenido una larga conversación sentados junto a un río cerca de las murallas de Atenas a donde llegaron dando un largo paseo, Sócrates y Fedro decidieron que debían agradecer a los dioses del entorno el haberles facilitado la inspiración de las ideas a través del viento, la vegetación, el  sonido, la luz, y todo cuanto allí había concurrido al disfrute y exaltación de las ideas. Así sucedió según el relato de Platón que tomó nota de todo ello:

Sócrates:
¿No estaría bien dirigir una oración a estas divinidades antes de emprender la marcha?

Fedro:
¡Claro que sí!

Sócrates:
"Querido Pan y todos los demás dioses de este lugar. Concededme que llegue a ser hermoso en mi interior y, exteriormente, que todo lo que poseo esté en armonía con lo de dentro. Que considere como rico al sabio y que posea yo sólo la riqueza que un hombre sobrio pueda tener y emplear".
¿Tenemos algo más que pedir, Fedro? Para mí, sin duda, ya he tenido bastante.

Fedro:
Asóciame también a mí esas peticiones; entre amigos todo es común.

Sócrates:
Pues vámonos.