martes, 29 de abril de 2008

Elias Artista, el Alquimista

Elias Artista.William Blake
La naturaleza no da nada perfecto, es el hombre quien tiene que consumarlo. Esta consumación se llama alquimia o arte de perfeccionar la naturaleza imperfecta. Sin embargo esta naturaleza es tan sutil y rigurosa en su modo de operar que no quiere ser manipulada si no es con las artes más excelsas.

William Blake crea para expresar esta idea el personaje de “Los”, que es el Archeus, el alquimista interior o maestro de todas las artes, el que transforma en materia los arquetipos espirituales.

En ese nombre de Los se ha visto el anagrama de Sol y de Sal, pues Los es asimilado al profético “Elias Artista”, que según Paracelso se aparecerá al despuntar la edad de oro para revelar los últimos secretos de la alquimia.

Johann Gauber estaba convencido de que, permutando las letras de Elias Artista, se desvelaba la verdadera identidad, que no era otra que la prodigiosa "salia artis", la sal del arte.
El Archeus es también denominado Vulcano interior, y desde el punto de vista de los hermetistas, es la sal ignea secreta.


De la sal y sus virtudes hablan todos los alquimistas, y por supuesto también nuestro Paracelso, quien tenía de la naturaleza un conocimiento tan amplio y cabal que asombraba a todos, incluso a sus detractores, que no podían soportar que tuviera un conocimiento tan amplio sobre cosas tan sencillas. Y además que éstas obtuvieran resultados tan sorprendentes en las curaciones de todo tipo de dolencias.

"La sal está en el fuego y de ella nacen los colores del arco iris... “así como veis crepitar el fuego en los diferentes colores cuando se echa sal... así descompone el arco iris sus colores... recibidos de la fuerza del espíritu de la sal, que está en el elemento fuego."

“La sal es esencial en la alimentación del hombre y sus virtudes son muy grandes, conserva todas las cosas, vivas y muertas. Pero además es buena para curar las heridas y llagas... La sal demuestra también toda su eficacia en las enfermedades de la piel como la psoriasis, la sarna, pruritos y otras; las deseca y crea una piel limpia e intacta."

"El hombre se compone de sal, azufre y mercurio, la sal es el cuerpo y el mercurio el espíritu, pero el mediador entre espíritu y cuerpo es el alma y también el azufre." (Paracelso. De natura rerum).

Jacob Boehme da al simbolismo del fuego secreto el nombre de "schrack", que define el rayo, la chispa inicial y que

"tiene origen en el salitre celeste. Este salitre secreto es por dentro la semilla de toda divinidad y por fuera la raíz de toda energía material."

Por eso dicen los alquimistas, y el propio Paracelso, que:

"la vida es un proceso de combustión. Si digo que no puedo arder es como si digo que no puedo vivir."

Paracelso afirma que la salamandra vive en el fuego, pero no en el sombrío fuego
material, sino en el fuego esencial, espiritual de la naturaleza. (La salamandra de la imagen es un emblema del rey Francisco I de Francia que, a juzgar por el empleo de este símbolo, debió ser un personaje interesante).
Núria (Mª Ángeles Díaz)
Ir al inicio de:  Desde mi Ventana

viernes, 25 de abril de 2008

Vers la Tradition

Queremos dar nuestro más sentido pésame a la revista francesa Vers la Tradition, ya que con gran pesar hemos recibido la noticia del paso al Oriente Eterno de los Señores Roland Goffin y John Deyme de Villedieu. Dos intelectuales cuya entrega a la difusión de la Tradición Unánime bajo sus diferentes formas, y siempre bajo la inspiración espiritual y metafísica de la obra de René Guénon, han sido la inspiración para muchos.
Decir también que sus trabajos nos llegaron no sólo a través de la revista francesa, sino por medio de la revista Symbolos y la revista de estudios masónicos El Taller.
En nombre mío y de todos los amigos de este blog, nuestro afecto a sus familias y a los amigos y lectores de Vers la Tradición por esta pérdida irreparable.
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martes, 15 de abril de 2008

Paracelso nuevamente perseguido


Paracelso médico, alquimista y filósofo

Ayer recibí un e-mail de mi amiga Ana, donde ésta me ponía al corriente de una tropelía llevada a cabo por las huestes ignorantes que mangonean la política y las leyes de este país, y que son análogas a tantas otras, con colores y tendencias incluso opuestas, aunque unidas por el pensamiento débil que es el que impera en las sociedades actuales.

La llamé y pude comprobar lo indignada que estaba. Después de un rato de conversación le propuse publicar una nota en este blog, pues le dije que aunque es una trinchera pequeña no por eso va a dejar de denunciar y ponerse al servicio de las causas justas, y le recordé que son gotas de agua las que forman el Océano.

Apenas unos minutos después y ya tenía en mi buzón su nota, con unas palabras anteriores que transcribo tal cual:

Querida Núria:
Te agradezco la iniciativa, pues creo que cierto activismo es necesario para parar los pies a estos energúmenos.
Te mando un besazo y espero tus comentarios.

Ana.

A continuación mi amiga escribe:

Quiero poner en evidencia desde esta página dirigida a un público que intenta ir más allá de lo que nos hacen engullir los engañosos medios de comunicación, otra prueba de la falsedad que nos venden unos políticos absolutamente indignos, propios de un momento realmente oscuro de la historia, pero no por ello menos disculpables.
Resulta que existe un proyecto de ley, entretejido por oscuros intereses económicos que provienen de la industria farmacéutica, que pretende cargarse de un plumazo los laboratorios homeopáticos en España, argumentando medidas que ellos mismos han urdido con tal de desfavorecer y desprestigiar de una forma indirecta la medicina homeopática, en la que ya demasiadas personas creen por sus probados benéficos resultados.

Paracelso, sabio y médico del siglo XVI, íntimamente relacionado con la homeopatía pues se dice que fue su precursor, quien tuvo que enfrentarse a la medicina "oficial" de su tiempo por idénticos motivos. Borges, en La Rosa de Paracelso, se hace eco de unas palabras de éste sabio, donde asegura que sus detractores eran tan numerosos como estúpidos.

Nada nuevo sobre la faz de la Tierra…

Quisiera desde aquí pedir vuestra firma para apoyar una iniciativa que ha surgido para parar una ley que desprende un hedor ya demasiado conocido. Obviamente se necesitan muchas firmas, con lo cual sería buenísimo que hicierais circular la siguiente web donde podréis informaros más ampliamente y firmar: www. homeopatia-si.es "



viernes, 11 de abril de 2008

La Masonería. Símbolos y Ritos

En el Ateneo Barcelonés, institución cultural catalana con más de 150 años de historia en la ciudad condal, tendrá lugar el próximo lunes día 14 de Abril del 2008, la presentación del libro: La Masonería. Símbolos y Ritos, de Francisco Ariza. Editorial: Libros del Innombrable. ISBN 10 84 95399 81 4

La información que ofrece el propio Ateneo es la que sigue:

"El director de la revista telemática de Estudios Masónicos 'El Taller', nos ofrece un interesante volumen donde nos acercará a todo aquello que la Masonería, con su conjunto de símbolos y ritos, revela.
Una obra de Francisco Ariza, que será presentada por Marc García, codirector del Centro de Estudios de Simbología de Barcelona

La Masonería: Símbolos y Ritos es un compendio de trabajos que Francisco Ariza ha publicado en la revista Symbolos a lo largo de más de una década, junto a otros textos inéditos de la pluma del autor, unidos unos y otros con maestría para conformar una extraordinaria síntesis".

En la contraportada del libro leemos lo siguiente:


"La Masonería, organización iniciática integrada dentro de la gran corriente del Hermetismo, remonta sus orígenes históricos a la época de los constructores medievales, conocidos como los free-masons o franc-masones (los «albañiles libres»), si bien éstos eran depositarios de una herencia mucho más antigua, como atestiguan las propias leyendas masónicas con genealogías que se remontan a la construcción del Templo de Salomón, e incluso mucho más allá, a los tiempos antediluvianos y primordiales. Esa herencia es la que ha recibido la Masonería actual a través de los símbolos de la construcción (como los números, las formas geométricas y las herramientas), a saber: que ante todo se trata de los vehículos de la edificación interior, del templo espiritual, que está en la esencia misma de lo que ha sido y es la Masonería, la cual nos enseña a conocer el sentido iniciático de su Arte (idéntico a la "Gran Obra" de la Alquimia), pues sólo a través de ese conocimiento podemos realizar, u operar en nosotros mismos, los principios derivados de él."

Nota de prensa: Núria

Abril, 14 . Amplío esta crónica con una foto tomada durante la presentación del libro, en el Ateneo Barcelones. En la imagen se ve al autor, Francisco Ariza, (derecha) y Marc García, codirector del Centro de Estudios Simbólicos de Barcelona. No se aprecia bien, pero en la pared se proyectaron todas las imágens del libro que el autor iba comentando.




Abril, 28. Unos días después me veo, de nuevo, en la necesidad de completar esta noticia, primero porque el libro se ha presentado en Zaragoza, en la sala de cultura del Corte Inglés, y luego por haber tenido la noticia de un nuevo libro de Francisco Ariza sobre el mismo tema. Su título: La Tradición Masónica: Historia, Simbolismo, Documentos Fundadores. Para mayor detalle consultar la reseña de la Libreria 2 de Enero



Portada del nuevo libro de Francisco Ariza, titulado: La Tradición Masónica. Historia, Simbolismo, Documentos Fundadores. Ed. Obelisco.


De dicha reseña resaltamos estas palabras: "En este libro, extraordinariamente documentado y profusamente ilustrado, Francisco Ariza aborda no sólo la historia y los símbolos de la masonería, sino también los documentos fundadores, los catecismos y los manuales de instrucción." Ed. Obelisco, Barcelona.
Debo seguir ampliando esta noticia, pues también la ciudad de Zaragoza acogió la presentación de uno de estos volúmenes de Francisco Ariza, cuya reseña puede leerse en la Revista El Arka.


viernes, 4 de abril de 2008

Príncipes Etruscos. Entre Oriente y Occidente

Maqueta del templo etrusco
Bajo este título se está presentando actualmente en Barcelona (hasta el 4 de Mayo) una exposición sobre el antiguo pueblo de Etruria, una civilización anterior a la romana que habitó sobre todo la región de la Toscana y la Umbría (siglo IX a.C.). De esta estirpe de hombres casi no se sabe nada. Unos cuentan que eran autóctonos de esas tierras, otros en cambio creen que llegaron de Oriente. Dionisio de Halicarnaso, por ejemplo, asegura que esta civilización no se pareció a ninguna otra, ni en la lengua, ni en la forma de vivir.




Hesíodo y Herodoto también se refieren a los tyrrhenoi (del mar Tirreno, que baña la costa de la Toscana), como denominaban los griegos a este pueblo misterioso que fue asimismo una potencia marítima, una talasocracia, y se jactaba de ser hijo de reyes y patriarcas legendarios, y descendiente directo de Ulises y Circe, la maga conocedora de los secretos de las plantas. Efectivamente, tal como lo relata Esquilo, los etruscos elaboraban medicinas y practicaban lo que se denominó la “etrusca disciplina”, es decir, la aruspicina o ciencia de la adivinación. Un arte que era prerrogativa de la casta sacerdotal.

Precisamente, una pieza que me llamó poderosamente la atención es el "Hígado de Piacenza", que reproduce un hígado ovino en bronce, hallado cerca de Piacenza (Roma), el cual se encuentra totalmente grabado, dividido en pequeños sectores; 16 en el borde, que representan la bóveda celeste y se corresponden con los 16 dioses de la cosmogonía etrusca. Estos están orientados según los puntos cardinales, y 24 divisiones en el interior.
Parece ser que las ovejas desarrollan una enfermedad que deja huellas en el hígado, y a través de las correspondencias entre todas esas señales y los acontecimientos externos, se desarrolló una ciencia que se codificó según la matemática y la proporción. Hablamos de la aruspicina, de haruspex (“adivinador por el hígado”), ciencia que seguramente habían heredado en parte de Mesopotamia. Aunque se dice que estos sabios también leían las señales del destino a través del trueno.

Este Hígado de bronce, de Piacenza (foto de la izquierda), hasta finales del siglo II a C. y principios del I a.C., fue utilizado como modelo para enseñar dicho arte de la aruspicina sobre las vísceras de los animales sacrificados. Joseph Rykwert, en su libro La Idea de Ciudad, nos dice al respecto lo siguiente:

“Se consideraba el hígado como la sede de la vida, y de ahí se seguía que en todo animal consagrado a los dioses, cuyos movimientos más leves se observaban ansiosamente, el hígado, como punto focal de todo su ser, se convertía en una especie de espejo del universo en el momento del sacrificio”.

Estamos, como se ve, ante un pantáculo o "pequeño todo", en definitiva
un modelo del cosmos.

Estos sacerdotes y augures etruscos tenían como símbolo de su saber y autoridad un instrumento llamado lituo, con el que median y delimitaban o señalaban el espacio. El lituo de la exposición (foto de arriba), una pieza también de bronce, es en realidad un báculo y tradicionalmente ha estado asociado a Zeus, dios del trueno, el cual se corresponde igualmente con el bastón que usan los obispos cristianos en las ceremonias solemnes. En uno de los paneles de la exposición podemos leer:

Los arúspices gozaban de un poder notable, ya que sus vaticinios, respetados por todos, condicionaban los acontecimientos más relevantes”.
El romano Vitrubio, por otro lado, se refiere a los etruscos como sus antepasados, y cuenta que este pueblo, y según su cosmogonía,

“cuando erigían una ciudad o un establecimiento militar, sacrificaban algunos animales que pastaban sobre el terreno y examinaban su hígados; cuando los de las primeras victimas aparecían negros o deformes, sacrificaban otro para averiguar si tales peculiaridades eran debidas a la enfermedad o al alimento. Nunca empezaban a levantar los muros en un determinado lugar, sin antes haber practicado reiteradamente aquellos exámenes. Debían conocer previamente el vaticinio de los dioses".

Esta exposición, muy bien documentada pues incluye grandes mapas que ubican perfectamente al visitante en el tiempo y el espacio al que pertenece todo lo expuesto, nos permite ver las estrechas relaciones que existen entre los distintos pueblos mediterráneos, ya que si bien los etruscos fueron absorbidos por Roma, ellos antes recibieron el legado de la civilización fenicia y griega.


La muestra está compuesta de piezas cedidas por distintos museos arqueológicos y todas ellas fueron halladas en tumbas principescas de las ciudades más importantes de Etruria; se trata de grandes cantidades de objetos preciosos destinados al ornamento personal de hombres y mujeres.
Por las figuras, siempre recostadas sobre las tapas de los sarcófagos, y las pinturas que decoraban la sala funeraria junto a los objetos personales, puede verse que las mujeres llevaban túnicas bordadas, sujetas con broches de oro, plata y ámbar. Brazaletes, collares, pendientes con refinadas decoraciones que recuerdan las que describe Homero en la Odisea.
La pintura es muy delicada y colorista y marcadamente alegre, lo cual es muy sintomático teniendo en cuenta que estaban decorando las cámaras fúnebres. Lejos de lo que suele pensarse era un pueblo que amaba intensamente la vida, y esto lo mostraban hasta en sus ritos funerarios. De esas pinturas se ha dicho que es la primera página de la pintura italiana.





La misma delicadeza y frescura que desprenden sus pinturas se ve en la orfebrería y joyería donde se destaca el gusto por la filigrana y las formas libianas, tendentes siempre a lo aéreo y sutil. Las piezas expuestas son de tal belleza y finura en la factura, que me dejaron atónita. Siento no poder poner ninguna muestra de ellas por falta de definición en la foto. Animo a que todo el que pueda vaya a visitarla. Núria, de Desde mi Ventana.
Video de la exposición AQUI
Otras reseñas de la exposición AQUI y también AQUI
Reseña Histórica sobre los etruscos: AQUI



jueves, 20 de marzo de 2008

Buenos días, Primavera



“La Primavera”, de Sandro Botticelli.

Asistimos estos días al nacimiento de la Primavera, plenitud y exhuberancia de las fuerzas naturales y derroche de luz y color. Todos podríamos estar de acuerdo en definir este espectáculo como un diseño que sólo ha podido imaginar una mente prodigiosa y divina.

En la antigua Grecia, tras el equinoccio de primavera, se celebraban las fiestas en honor a Dionisos, durante las cuales los iniciados entraban en contacto con el espíritu del dios, entregándose al exceso que provoca su embriaguez poderosa, participando de ese modo de las propias potencias del Cosmos.

En oposición con la oscuridad y la escasez, representada por la penuria cuaresmal, la Primavera se vive como un renacimiento, lo que en cualquier simbolismo de iniciación se asemeja al paso de “las tinieblas a la luz”. Esto es, los misterios de la vida, la muerte y la resurrección.
Así lo atestigua la etimología de Pascua, palabra que en hebreo significa "pasaje" o "tránsito", lo que lleva implícito la idea de pasar o ir de un lugar a otro, que es el sentido que también tiene la palabra iniciación (in ire, "ir hacia"), concebida como paso o peregrinaje de "las tinieblas a la luz", o de la ignorancia de los principios y sus leyes universales.
Podría decirse que el Conocimiento es la aceptación de dicho orden. Algo que nada tiene que ver con resignarse a admitir que se forma parte de un plan ya establecido, sino que conocer o comprender el Orden (o el Cosmos, ya que son palabras sinónimas), es participar de la Obra, dejándose fecundar por las energías que generosamente descienden y se derraman sobre la manifestación, engalanada en tiempos de Primavera con los atributos de la Belleza.

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El cuadro que aparece en la cabecera del post es conocido de todos: se trata de "La Primavera", y su autor es Sandro Botticelli, un pintor hermético de la escuela de Marsilio Ficino.

En esta pintura simbólica se ve a la Primavera recibiendo el soplo de Zéfiro, para renacer revestida de Flora. Del mismo modo que el alma del iniciado, aparece cubierta de una nueva piel. Se trata del soplo del espíritu creador, del que se dice que "sopla donde quiere y cuando quiere".





La Belleza, preside el centro del cuadro, del mismo modo que lo hace en la Creación Universal. Así lo recuerdan las enseñanzas de la Cábala al situar a la sefiroth Tifereth, la Belleza, en el centro del Arbol de la Vida. Es decir, en el centro del Cosmos.


Mientras, Hermes, al lado izquierdo del espectador, recuerda, con su caduceo elevado al cielo, esa máxima de su ciencia, esto es, que "lo de arriba es como lo de abajo, y lo de abajo como lo de arriba, y que ambos conforman la Unidad". Hermes simboliza y sintetiza con su gesto, dentro de la escena ritual del cuadro, la doble naturaleza humana, que une en sí misma la Tierra y el Cielo.

Cupido, ebrio de amor por las almas, se fija en las tres Gracias, cuyo discurso, según el simbolismo tradicional expresado en este caso a través de las enseñanzas de Séneca recogidas y actualizadas por Federico González y su obra, nos muestra el "triple ritmo de la generosidad" que consiste en dar, recibir y devolver.
En Introducción a la Ciencia Sagrada, Programa Agartha, leemos: "como gratias agere, significa dar las gracias, agradecer; las tres fases de la operación deben estar encerradas en una danza, como lo están las Gracias; el orden de los beneficios requiere que sean dados en mano pero que regresen al donante".
Con este símbolo se expresa la idea de la emanación celeste descendiendo a la tierra, la cual, si cae en tierra cultivada, vivifica a los seres por medio de la inspiración, y éstos, a su vez, crean un discurso, o una obra, pictórica como es el caso, con la que se elevan hacia su lugar de origen. M.A.D.

Núria, de Desde mi Ventana

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jueves, 6 de marzo de 2008

La Tabla de Esmeralda

La Tabla de Esmeralda constituye el documento más importante del Hermetismo. Se trata de un legado del mítico y arquetípico Hermes Trismegisto “el tres veces grande”, transmisor de enseñanzas y secretos, y un personaje directamente vinculado con la Tradición Egipcia. Su energía ha sido invocada bajo distintos nombres, entre ellos Thot, Enoch, Elías o Mercurio.
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Nota: El vínculo del título os conducirá a la explicación que Hortelano hizo sobre la Tabla de Esmeralda. (Symbolos.com)
Hermes Trismegisto, el "tres veces grande"
1 "Es verdad, sin mentira, cierto y lo más verdadero: Lo que está abajo es como lo que está arriba, y lo que está arriba es como lo que está abajo, para que se obren los milagros de una sola cosa."

2 "Así como todas las cosas proceden del Uno, por la contemplación del Uno, así todas las cosas resultan de esta cosa única por adaptación."

3 "Su padre es el Sol, su madre es la Luna, el viento lo llevó en su vientre, su nodriza es la Tierra."

4 "Es el padre de toda maravilla en el mundo entero."
Imagen de Thot
5 "Su poder es perfecto cuando se convierte en Tierra."

6 "Separa la Tierra del Fuego, y lo sutil de lo grueso, suavemente y con todo cuidado."

7 "Asciende de la Tierra al Cielo, desciende de nuevo a la Tierra, y une los poderes de las cosas de arriba y de las de abajo. De este modo poseerás la gloria del mundo entero y toda oscuridad se alejará de ti."

8 "Este es la fuerza de todas las fuerzas, pues vence todo lo que es sutil y penetra todo lo que es sólido

9 "De esta manera fue creado el mundo."

10"Por ello, se obrarán así adaptaciones prodigiosas, cuyos medios se hallan aquí establecidos"

11 “Por eso soy llamado Hermes Trismegisto, pues poseo las tres partes de la Filosofía del mundo entero”

12 "Terminado y completo está lo que he dicho con respecto a la obra del Sol."

A la derecha Hermes con atributos de Priapo, dispuesto para fecundar el mundo, en un vaso griego

lunes, 25 de febrero de 2008

Combate entre Carnaval y Cuaresma

Tal y como quedó anunciado en un post anterior, anoto aquí un fragmento de la segunda conferencia sobre el Simbolismo del Carnaval, ambas pronunciadas el 29 de Enero pasado en el Centro de Estudios de Simbología de Barcelona, en este caso de Ana Contreras.


Combate entre el Carnaval y la Cuaresma, obra de Pieter Brueghel (1525-1569)

En este estudio queremos ir más allá de la lectura literal o alegórica, y comprender los principios metafísicos que se plasman pictóricamente en este cuadro de Brueghel el Viejo que, con un lenguaje simple y didáctico al alcance del profano, pero sobre todo, como verdadero artista, integrando las actividades humanas dentro de un enfoque cósmico de la Naturaleza, pretende despertar nuestra conciencia, rescatando una perspectiva simbólica y por tanto universal.

Durante el estudio de este cuadro, veremos que análisis y síntesis se van urdiendo conjuntamente en un tejido que acaba floreciendo como un mandala, a través del cual se expresa la doctrina propia de Occidente, la Tradición Hermética, de la que bebió Bruegel y que queda aquí reflejada en su originalidad, y veremos como la forma personal en la que el pintor se ha expresado se va diluyendo para dejar aparecer lo aparentemente invisible, pero que es y debe ser siempre el principio de lo creado.

Este cuadro de Pieter Bruegel el Viejo, pintor flamenco nacido en Breda, Países Bajos, entre 1525 y 1530, se titula " La riña entre el Carnaval y la Cuaresma", o también "Combate entre el Carnaval y la Cuaresma", y fue pintado en 1559. Se conserva en el Museo de Historia del Arte de Viena.

La comprensión del cuadro está relacionada con su composición, cuya superposición de estructuras complementarias entre sí relatan toda una cosmogonía. Sus partes reflejan el todo y constituyen pequeños mundos interdependientes en los que se desarrollan escenas llenas de significado que el pintor ha escogido para transmitir un mensaje que va mucho más allá de las múltiples interpretaciones que se le han atribuido, como por ejemplo la de una recreación del calendario religioso, haciendo corresponder a los concurrentes al Carnaval con los Protestantes y a los de la Cuaresma con los Católicos.


El autor propone claramente el viaje iniciático ayudándose de tres símbolos claros. En primer lugar el bufón, que como ser camaleónico por excelencia, adopta en este caso un papel axial y muy mercurial, de guía o psicopompos, encarnando el hilo de Ariadna, la Tradición. A continuación la pareja, que ya no da vueltas como el resto de los participantes, sino que se encuentra atravesando el cuadro por el eje, simbolizando así la Iniciación, y por último el pozo, que en este caso nos sugiere el acrónimo V.I.T.R.I.O.L., "Visita el interior de la tierra y rectificando encontrarás la piedra oculta".


Y antes de volver a la forma cuadrada del pozo en la que reconocemos claramente el cuaternario y con él el número cuatro, vamos a ver que se hace alusión por lo menos a los cinco primeros números.

Obviamente, el uno viene representado por el centro del cuadro, el pozo, punto alrededor del cual todo gira, pero también por el propio cuadro en su totalidad, como cosmos en sí, ya que el uno es lo más pequeño y a la vez lo más grande, es decir que la unidad, al mismo tiempo que es contenida en todo, lo contiene todo.

El dos aparece expresado por las dos polaridades, orden-desorden, Bien-Mal, figuradas por el Carnaval y la Cuaresma, aunque de hecho, el pintor expresa continuamente la dualidad en multitud de escenas dentro de cada uno de ellos, con lo que cada escena se desdoblaría a su vez en dos, con lo que también se refiere a que todo lo creado tiene una cara luminosa y una cara oscura.
En la instantánea se ve a Ana Contreras en un momento de su exposición, explicando el sentido simbólico del cuadro de Bruegel a la luz del Arbol de la Vida de la Cábala.

En cuanto al tres, vemos un triángulo formado por la polea del pozo como vértice superior, la Cuaresma como vértice inferior derecho y el Carnaval como vértice inferior izquierdo. Bruegel aprovecha la ocasión para hacer una alusión al simbolismo alquímico: la base de color negro sobre la que se desplaza el Carnaval alude al Mercurio, mientras la base de color rojo de la Cuaresma representaría el Azufre. Curiosamente se invierten las correspondencias de uno y otro en un diseño arlequinado (sobre lo cual volveremos más adelante). Así el triángulo formado representaría los tres principios de la Alquimia: el Azufre, el Mercurio y la Sal, y que coincide con las tres columnas del Árbol de la Vida Cabalístico, a saber, el Azufre con la columna de la Gracia o Misericordia, que representaría el Carnaval, la Caída, el desorden o el Mal; el Mercurio con la columna del Rigor o la Forma, que representaría la Cuaresma y por tanto el retorno del Alma a su origen, la vuelta al orden; quedando la Sal simbolizada por la columna del Equilibrio, símbolo del Eje, representada por el pozo y su polea. (Leer el artículo completo)

jueves, 7 de febrero de 2008

PASEO POR LA CORDOBA ETERNA

Escribo desde la recoleta plaza Judá Leví (nombre del filósofo y poeta español, nacido en Tudela -Navarra- hacia el año 1.070) de Córdoba, la conocida ciudad de las tres culturas (judía, cristiana y árabe), si bien yo añadiría también la romana, que está en sus orígenes.


Me encuentro pues en el barrio de la Judería, un intrincado laberinto de calles zigzagueantes, blancas y empedradas de pura filigrana, donde un simple paseo nos va mostrando los patios andaluces repletos de plantas, frescor y señorío, idénticos a los que hace poco pude visitar en Antigua (Guatemala). En esta época aún no han florecido los jazmines, pero los helechos están pletóricos y vigorosos como los de esa ciudad centroamericana donde se les llama cola de quetzal.


De pronto, observando las magníficas cancelas de hierro forjado de esos patios, me encuentro en el número 20 de la calle Judíos y ante mí la belleza de la Sinagoga, una de las tres más importantes de España, las otras dos en Toledo.

Es evidente que el pasado judío de esta ciudad no sólo está inserto en sus calles y plazas, sino que llega hasta Lucena, “la Perla de Sefarad”, una localidad cercana a la capital donde existió un importantísimo núcleo hebreo.

La Sinagoga de Córdoba es una auténtica joya mudéjar, lo que significa que está realizada por alarifes y artesanos musulmanes que vivían en tierra cristiana. Data del año 5075 del calendario judío, que se corresponde con el año 1315; se trata de un templo pequeño y bellamente ornado de ricas yeserías, al que se accede después de cruzar un precioso y calmo patio.

Al penetrar en su recinto me siento atraída por la perfecta conservación de su lápida fundacional, cuyo texto, escrito en letras hebreas, dice:

"Santuario en miniatura y morada de la Ley que terminó Isaac Moheh hijo del señor Efraim Waddawa el año 5075. Asimismo vuélvete, oh Dios, y apresúrate a reconstruir Jerusalén".
Sin embargo, tal vez lo que más me ha llamado la atención es observar que cada uno de los muros de esta sinagoga está sacralizado con versículos extraídos del Antiguo Testamento, sobre todo de los Salmos. Aquí anoto las referencias:

Muro de Oriente, donde está el Sancta Sanctorum: Salmo 138,2; 27-4
Muro del Mediodía o Sur: Salmos 13,5-6; 122; 102,13-14 y 57,2-3. Proverbios: 8,34 e Isaías 26,2
Muro Occidental: Cantar de los Cantares 4,4
Muro Norte: Salmo 95,6; 132,7; 99,5; 100,1b; 86,9; 95,1; 29,2; 96,9 y 66,4; 22, 28.

Una visita a la Casa Sefarad. Casa de la Memoria (http://www.casadesefarad.com/) ha completado esta mañana radiante en Córdoba. Allí conozco a Judit, quien me guía en una exposición permanente que tienen allí dividida en cinco apartados donde pueden verse desde objetos relacionados con la vida cotidiana, la artesanía del bordado en hilo de oro, objetos de culto hasta una interesante sección dedicada a la música Sefardí.

También hablamos de libros y de la Cábala y finalmente hemos intercambiado información que considero muy valiosa. Entre ella que este Centro Cultural, ubicado en el corazón mismo de la Judería, cuenta con una biblioteca que muy pronto se va a poder consultar. También me dice que están preparando para la primavera una serie de conferencias, “pues el objetivo de esta entidad privada es despertar el interés por un legado oculto y recuperar la memoria de una tradición que forma parte de nuestra identidad: la tradición sefardí judeo-española”.


Por la noche, dejando la Judería, paseo por el puente romano sobre el río Guadalquivir, que une la "Puerta del Puente" (construida por Felipe II) con la "Torre de la Calahorra", sede de un centro dedicado a las tres culturas. A mitad del puente me detengo ante la estatua de San Rafael, patrón de esta ciudad. Rafael, que quiere decir "Medicina de Dios".

Antes de cerrar esta nota de viaje debo decir unas palabras respecto al salmorejo. El plato estrella de toda la gastronomía andaluza que aquí en Córdoba adquiere categoría de exquisitez y que algunos dicen de esta sopa fría que es una “bebida hechicera”.

En realidad se trata de un plato hispanoamericano ya que la aparición del tomate americano cambió para siempre la receta de los cordobeses, y a la mazamorra de ajo se le sumó magistralmente el tomate para mutarse en el salmorejo por estas tierras o el gazpacho en otras zonas andaluzas.


Ambas modalidades cuentan, además, con otro ingrediente principal, el aceite de oliva, llamado oro líquido en toda la cuenca mediterránea.

viernes, 1 de febrero de 2008

EL SIMBOLISMO DEL CARNAVAL

Conferencia pronunciada el 29-Enero-2008 en el




Mª Angeles Díaz y
Ana Contreras

En la foto la cueva de las Lupercas , descubierta hace menos de un año en la ladera del monte Palatino, a unos 16 metros de profundidad, en el palacio del emperador Augusto. Estaba cubierta de conchas.

Con el título de referencia Mª Angeles Díaz y Ana Contreras, ambas colaboradoras de la revista Symbolos, y miembros del Centro de Estudios de Simbología, de Barcelona, realizaron el pasado martes, en la sede de dicho centro, fundado en 1979 en Barcelona por Federico González, dos conferencias donde se trató en profundidad del simbolismo del Carnaval, de su origen y de su significado.

En la imagen dos momentos de las conferencias donde se ve a Mª Angeles Díaz (izquierda) y Ana Contreras.
Ambas charlas se refirieron a los mitos, al arte y a la literatura tradicional. La primera de las exposiciones, a cargo de M.A. Díaz, se refirió al Carnaval como una fiesta tradicional, que desde siempre ha estado cercana al fin del ciclo anual y por tanto una fiesta asociada a los ritos de purificación. Un periodo que todos los pueblos han tenido señalado en su calendario, como un tiempo destinado a vivir conscientemente el desorden, la vuelta al caos, con el fin de agotar las energías inferiores y que éstas no representen un lastre en el ciclo siguiente. En todo ello siguiendo a René Guénon y Federico González, a quienes citaron ambas conferenciantes Seguidamente A. Contreras, realizó una lectura simbólica de la obra pictórica de Peter Bruegel, un pintor vinculado al pensamiento hermético, titulada Combate entre el Carnaval y la Cuaresma. El fragmento que sigue corresponde a la primera conferencia. En un proximo post añadiré otra muestra de lo que fue la otra exposición.

Sobre el Simbolismo del Carnaval:

"En realidad, y siendo mucho más precisos, debemos decir que las fiestas carnavalescas esconden bajo su manto, o bajo sus mascaradas, un sinfín de antiguos cultos y que son algo así como un arca de mitos y leyendas ancestrales que han subsistido en ese espacio del calendario destinado a acoger ciertas fiestas libres de normas".
“No deja de ser irónico, y es algo que define muy bien a la sociedad actual, el hecho de que lo único que quede de la memoria de antiguas tradiciones sapienciales sean sus parodias. La gente en realidad lo que hace mediante el folklore, es sostener unos símbolos que no comprenden, pero que conservan y en alguna medida mantienen despierto el interés por ellos, dando así la oportunidad para que algunos intenten rescatar lo verdaderamente valioso que hay en ellos”Junto a las Saturnales, los ritos de las Lupercas sobreviven en el Carnaval. Pero ¿quienes son las Lupercas?
“Los datos acerca de estas mujeres y sus santuarios han demostrado que las Lupercas, no sólo realizaban ritos mágicos y aquelarres para fertilizar la tierra y atraer las energías celestes al ámbito del hombre, con el fin de fecundarlo y vigorizarlo. Estas mujeres, además, tenían entre sus múltiples funciones ejercer de maestras, nodrizas de niños ajenos, amas de cría, es decir que criaban e instruían, o sea, nutrían en el Lupanar.
En la novela “La Dama de Urtubi”, de Pio Baroja, se pone, en boca de uno de los personajes la siguiente frase: “Perdonad que un poeta del Bearn intervenga en vuestras lupercales y penetre en este antro recóndito y sagrado para dirigiros un saludo”

Estas cofradías de mujeres ya desde época remota, desde sus Templos daban culto a sus deidades y transmitían el Conocimiento a través de enseñar la escritura, la música, el relato de los mitos antiguos, la magia semítica, formas de la magia egipcia, así como la confección de talismanes y las diferentes técnicas artesanales. Santuarios-bibliotecas donde se acumulaban las tablillas con escritos, pergaminos o libros que contenían todo el Saber acumulado.
Precisamente la palabra alumna, dijo la conferenciante, procede de alimentadora, y es el epíteto que se daba a las sacerdotisas de Deméter, en Eleusis, llamadas maestras nodrizas, o las abejas, o sea las que nutren, maestras alimentadoras del espíritu y la inteligencia"
.

"Cicerón habla de las Luperci y también Plutarco quien relaciona estas celebraciones con el Lobo, y Ovidio, quien destaca su carácter purificatorio y su relación con el culto de Pan.
Una deidad seguida por los pastores, pero imbricada en el culto a Dionisio, y que siguieron conservando un ritual donde se practicaban como ceremonia un rito relacionado con el Lobo, al que invocaban para que fuera éste quien protegiera al ganado de las demás fieras.

Este es el origen de la fiesta vasca llamada Otsoa Bilk, otso: que se traduce por Lobo y Bilk, recoger. De este modo quedan invertidos los papeles, pedir para el lobo con tal de saciarlo. Lo que traducido al lenguaje iniciático, significa alimentar todas los bajos instintos de modo que estos queden excluidos por agotamiento. Por otro lado Otsa-illa es febrero y significa mes de los lobos siendo además en esta época cuando estos animales entran en celo.

En cuanto a la razón por la que estas mujeres se identificaran con el lobo se debe a que éstas tenían muy presente que éste animal es un símbolo de la luz, y al mismo tiempo de la oscuridad. Representa pues la Unión de los contrarios, ampliamente expresada en los trajes de los arlequines que aparecen en la escenografía de los diferentes Carnavales.
El lobo es feroz y maléfico y al mismo tiempo un animal luminoso capaz de ver en la noche.

La boca del lobo, en muchas mitologías, por ejemplo la escandinava, es un símbolo de reintegración cíclica. Algunos textos hablan de que la boca del lobo se traga el sol en cada final de ciclo, y lo vuelve a desembuchar cuando inicia el ciclo. En ese sentido simboliza la muerte cósmica y por eso se le tiene como dios de los infiernos, o el propio diablo, a veces también identificado con el perro, guardián del umbral, entre la vida y la muerte".
"De hecho la palabra Luperca es un compuesto entre lupus lobo e hircus macho cabrío.
Por eso el nombre popular por el que eran conocidos los Lupercos era: capri, relativo a la cabra
."
(Leer el altículo completo) Publica: Núria (Mª Ángeles Díaz)
Publicación de Federico González en la revista SYMBOLOS (retirado tras su fallecimiento por los nuevos dueños de la revista junto a un centenar de artículos más) https://www.docsity.com/es/carnaval-de-maria-angeles-diaz/3652274/


miércoles, 16 de enero de 2008

Sobre la Construcción de los Calendarios


Para las sociedades tradicionales de las que hemos heredado la cultura y los calendarios, estaba claro el papel central que la humanidad tiene en ese engranaje colosal que es la Cosmogonía, cuya perfecta sincronía ha sido a lo largo del tiempo, considerada un símbolo de la Inteligencia Creadora. Según la Tradición el primero en delimitar el Cielo, disponer el orden y las estaciones en que son visibles las estrellas e indicar los signos favorables, fue Hermes en un acto de imaginación.

La construcción del calendario tiene una base astronómica, matemática y filosófica, siendo las revoluciones de los astros y las estrellas en el firmamento tomadas como estables con respecto a la velocidad del movimiento de la tierra. Debemos considerar, además, que los puntos de referencia de los que se valieron quienes elaboraron los calendarios, siempre son vistos desde un observatorio geocéntrico, que geométricamente hablando se corresponde con el punto en medio de la circunferencia.




En primer lugar se señala la salida del Sol, el astro rey, y de los planetas que son fácilmente visibles, más la Luna, cuyos nombres y revoluciones sirvieron para estructurar las horas del día y los ciclos mayores, semanas, meses, años, etc., y con ello la vida social y cultural.

El calendario que usamos es una construcción nemotécnica donde cada hora del ciclo solar diario tiene asignada un planeta, comenzando por el más lejano: Saturno, luego Júpiter, Marte, Sol, Venus, Mercurio y la Luna, y así rotativamente de nuevo Saturno, etc., pasando las horas por encima de las semanas y los meses. Así cada amanecer recibe el nombre del planeta al que pertenece su primera hora. En la historia de nuestro calendario Saturno es quien inicia la ronda, por eso la semana egipcia empezaba en el día cuya primera hora estaba consagrada a Saturno, del mismo modo cada día de la semana tiene el nombre del planeta al que se consagra su primera hora: Luna o lunes, Marte o martes, Mercurio es miércoles, Júpiter, jueves, Venus, viernes y Saturno sábado. En cuanto al domingo es un nombre que en distintos idiomas como castellano, catalán, italiano y francés, tomó el nombre del griego Kyriaché, día de Kirios, el Señor victorioso, es decir resucitado, que traducido al latín quedó como Dominica dies. En inglés, no obstante, aún sigue siendo claro: Sunday, "día del Sol". También es lo mismo en alemán, escandinavo y otros. ASPECTOS SIMBOLICOS DE LA NAVIDAD Angeles Díaz (Fragmento)
https://www.oocities.org/es/atrivm2001/5colaboraciones/diaz_folklore.html

Publica: Núria
Ver publicación en Atrivm, Hacia la esencia del Cristianismo:


Mª Angeles Díaz. Aspectos simbólicos de la Navidad. ELfolklore ...

http://www.oocities.org/es/atrivm2001/5colaboraciones/diaz_folklore.html

21 nov. 2007 - Se tiene la idea de que el folklore y las tradiciones en general son cosas que nacieron en un momento de la historia, y no algo que nos está ...

miércoles, 9 de enero de 2008

Tárraco Romana. Una Historia Viva

Hago aquí una transcipción de las palabras de presentación del viaje a Tarragona que Francisco Ariza, como guía del mismo, realizó durante el trayecto en el autocar desde Barcelona, y que tuve la oportunidad de grabar.

Añadir que esta ruta se engloba en las actividades didácticas del "Centro de Estudios de Simbología" de Barcelona (CES) del que es miembro desde su fundación por Federico González. Francisco Ariza es, asimismo, autor de interesantes estudios sobre el simbolismo de la Historia y la Geografía y reconocido por sus libros sobre la Masonería y el Simbolismo Constructivo en general y especialmente por su vinculación con la revista Symbolos.

Por último, decir que el viaje se realizó en Octubre pasado (2007) y que de él ya dejé en el blog algunas fotos. En principio pensé hacer una reseña de la ruta y de las cosas interesantes que se dijeron, pero oyendo este material he creído que cualquier lector sensible al tema de la simbólica iba a agradecer esta transcripción íntegra que sintetiza muy claramente lo que fue el viaje, aunque el contenido de éste, naturalmente, fue mucho más amplio y tal vez haya ocasión de comentarlo. Remito sin embargo al apartado "Rutas Simbólicas" del CES, donde se puede leer el "Programa", con algunas fotos y anotaciones sugestivas del propio autor de la ruta. Sin duda, para todos los que participamos de ese viaje, Tarragona (la Tárraco romana) apareció como la puerta a otros espacios de nuestra propia percepción sobre las cosas, lo que se advierte por una nueva manera de ver y entender no sólo los acontecimientos históricos, sino la propia realidad transformada en historia viva. Núria

Presentación de Francisco Ariza"Nuestra intención es que a través de la Ruta Simbólica a Tárraco desarrollemos algunas ideas sobre Roma y lo que ésta representó y representa en el conjunto de la civilización occidental. Vamos a viajar al interior de una civilización extraordinaria cuya huella ha perdurado en el tiempo y que, junto con la Griega, ha sido la fundadora de los valores más sólidos y auténticos de nuestra cultura, aquellos que la forjaron y gracias a los cuales nuestra sociedad actual no ha caído completamente en la más completa ignorancia. ¿En dónde tiene sus raíces el pensamiento filosófico de Occidente?, ¿de dónde se nutre éste sino de Pitágoras, Platón y las escuelas y academias que ellos alumbraron y que proliferaron a lo largo de los siglos honrando y ensalzando a la diosa Sabiduría? ¿De dónde emanan los principios de la ciencia experimental sino de la Ciencia y la Cosmogonía Hermética?

Bien es verdad que esos valores se entretejieron con la gran herencia judeocristiana, que se desarrolla ampliamente durante la Edad Media y el Renacimiento (que la recibe junto al legado de la Antigüedad Clásica). A dicha herencia inevitablemente aludiremos cuando paseemos por la calles de Tarragona, o bien cuando visitemos una de las dependencias de la catedral, concretamente el Museo Diocesano, donde hay algunos elementos de la Tarragona romana (por ejemplo, el sarcófago de Apolo y las Musas, sin contar que parte de esas dependencias están incrustadas dentro del antiguo templo romano de Júpiter) mezclados con los de la judía y la cristiana.

De hecho, vamos a tratar también de la presencia de la tradición cristiana en los primeros siglos de su existencia, y más concretamente cuando por razones de tipo cíclico esta tradición tuvo que asumir la herencia del Imperio romano, con el claro objetivo de que Occidente continuara conservando una organización lo suficientemente fuerte en lo social, en lo político y lo cultural, para no caer en el olvido de sí misma, y por lo tanto en la barbarie. Tengamos en cuenta en este sentido que en sus dos últimos siglos el Imperio Romano se cristianiza por completo, y en Tarragona esa cristianización sin duda alguna se vivió con intensidad.

Roma, como todas las antiguas civilizaciones, estuvo plenamente vertebrada por la Tradición, concepto que para nosotros tiene un sentido completamente diferente al que se le da hoy en día, que pasa por ser sinónimo de “costumbre”. Muy al contrario, la Tradición se refiere a un conjunto de ideas que derivan directamente de los principios metafísicos, y que interrelacionadas entre sí han sido los verdaderos artífices de la cultura, a la que han estructurado de acuerdo a esos mismos principios. Tradición viene de "tradere", de la que también proviene transmitir, y esa transmisión no consiste en otra cosa que en un legado o herencia de carácter esencialmente espiritual. Lo que se transmite son precisamente esas ideas que por su naturaleza metafísica permanecen siempre inmutables y no sujetas al cambio de lo “que siempre deviene y nunca es”, en palabras de Platón. Constituyen siempre esa imprescindible referencia central para todo lo que existe, ya que son ellas las que han fijado el modelo arquetípico y cosmogónico que ha dado existencia a cada civilización, es decir su ser y su identidad, articulando todas las manifestaciones y aspectos de la vida humana: ya fuese en lo social, en lo político, en lo artístico, lo científico, religioso, filosófico, etc.

La existencia del hombre de aquellas culturas se sustentaba en valores inalterables y espiritualmente pletóricos que evidenciaban la existencia de una dimensión superior de la realidad, y que se expresaba finalmente en los actos de la cotidianidad, hecho por el cual se dice que en aquellas culturas cualquier actividad realizada por el ser humano constituía un verdadero rito. No existía, como tampoco existe ahora aunque se piense lo contrario, una separación radical entre los distintos niveles o planos de la realidad (el del cuerpo, el alma y el espíritu o intelecto superior), sino que ellos están armónicamente entrelazados y se comunican recíprocamente, pues el cosmos, como el ser humano, es un organismo vivo, donde la parte expresa al Todo.

Y la manera como estas ideas se han transmitido y expresado ha sido siempre a través de los símbolos y los códigos que éstos generan al relacionarse entre sí, y dentro de los cuales se encuentran naturalmente los ritos y los mitos sagrados de todos los pueblos. Por eso mismo cualquier civilización tradicional a través de sus códigos simbólicos difunde por ella misma ese modelo arquetípico y la posibilidad por tanto de que nosotros podamos reconocerlo si comprendemos antes el significado profundo que tienen dichos códigos. Esta es, dicho sea de pasada, la labor que lleva a cabo el Centro de Estudios de Simbología de Barcelona, fundado como todos sabéis en 1979 por Federico González, autor cuya obra está integrada dentro de esa corriente de grandes estudiosos e investigadores de todos los países que desde distintos ámbitos de la Simbólica y la Historia de la Cultura están rescatando para nuestro tiempo el auténtico valor de estas ideas y enseñanzas, que por su contenido están siempre de una actualidad permanente al hablarnos de lo que en cada ser humano existe de auténticamente inmortal e imperecedero.

Para nosotros la Historia está viva y, como se ha dicho, regresar a los orígenes significa renovarse, beber de la fuente de la eterna juventud, afirmar la estabilidad espiritual frente a la temporalidad. Es interesante advertir a este respecto que conforme vamos penetrando en el conocimiento del legado cultural de las civilizaciones tradicionales tenemos la clara y nítida impresión de estar realizando un viaje a los orígenes, y asumimos la alta concepción que las antiguas civilizaciones tenían de su propia existencia y la del cosmos en la que ésta se insertaba, existencia que era plenamente sagrada en tanto que manifestación del Ser Supremo, “que envías nada menos a la vida como tu embajadora”, como nos dice Federico González "En el Utero del Cosmos".

Como todos los pueblos tradicionales, Roma tiene unos orígenes suprahistóricos e históricos, es decir unos orígenes fundacionales que entroncan con una genealogía mítica y atemporal, y otros que están fijados perfectamente en el tiempo y que derivan de aquellos. En efecto, es del mito y la leyenda sagrada, o sea de lo suprahistórico, de donde esa historia recoge precisamente sus elementos esenciales y más profundos, aquellos que dan sentido a una civilización y en consecuencia la posibilidad de que ésta, y los seres humanos que las integran, puedan reconocer ese genealogía en cualquier momento de su ciclo histórico.

Roma pertenece a los pueblos indoeuropeos, que se caracterizaron por un papel histórico activo, pues fueron ellos los que conformaron las grandes civilizaciones que surgieron durante la segunda mitad del Kali-Yuga (o sea en torno al siglo XV a.C.). Son las civilizaciones creadoras de imperios, los cuales muchas veces fueron el resultado de la integración de distintas culturas en un proyecto común que buscaba realizar un orden en la tierra que fuera un reflejo del orden cosmogónico emanado de los principios metafísicos, es decir de la ciudad celeste.

Con este pensamiento como norte y guía afrontaremos nuestra ruta a Tárraco, que fue no sólo la primera ciudad que Roma funda en la Península Ibérica, sino la primera que se construyó fuera de Italia, lo cual habla ya del papel que el destino le tenía reservado a Tárraco, ciudad que es hija del Mediterráneo, y que con razón ha sido llamada la “puerta de Roma”, aquella por donde los enormes beneficios de su civilización penetraron en Hispania, la que en un momento dado recibió el nombre de “Península de los romanos”, hasta tal punto fue profunda la huella que Roma dejó impresa en ella, articulándola no sólo territorialmente mediante las cientos de vías y calzadas que la cruzaron de Norte a Sur y de Este a Oeste, sino también y sobre todo culturalmente, encarnado su espíritu en el alma de sus mejores hombres, ya fuesen gente del pueblo, filósofos, poetas o estadistas.

Rescatemos nuestra memoria vertical del olvido y asumamos que esa herencia está viva. Veamos en esos vestigios arqueológicos algo más que los restos de una época del pasado; oigamos también esa musica sutil que se desprende de las obras de arte que la civilización romana creó como expresión de su visión del mundo. Entonces, tal vez, comenzaremos a entender que esa música no es otra cosa que la articulación sonora y armónica de la propia Inteligencia manifestándose a sí misma en nosotros, y cuyo origen los antiguos filósofos y poetas atribuyeron a las Musas, hijas precisamente de la Memoria. " (más aquí)