lunes, 26 de agosto de 2013

Los Asolanos, la Utopía de Amor de Pietro Bembo. Arranque de la Obra (Capítulo V)

Banquete renacentista.

Lucrecia Borgia acababa de casar a una de sus doncellas, pues era parte de la responsabilidad de la Dama de Palacio ocuparse de la educación de las jóvenes de su Corte, de sus doncellas, a las que  procuraba buena educación y un matrimonio con algún caballero que las mereciera y cumpliera seriamente con ellas. Por eso el ambiente de Los Asolanos no le podía ser más conocido, ya que las conversaciones desplegadas en dicho libro se desarrollan, justamente, en el entorno de la celebración de la boda de una de las doncellas de la reina Caterina Cornaro de Chipre, en la villa de Asol

Tiziano. Caterina Cornaro, reina de Chipre


Sin duda un escenario muy bien escogido por Pietro Bembo al tratarse de una  isla convertida en el último bastión contra la invasión turca, que después de 1489 en que la República de Venecia se hace con su gobierno, su reina, viuda, mantiene de forma independiente su Corte de régimen monárquico dentro de dicha República. Es decir que a pesar de las presiones mantuvo su propia política basada en los principios defendidos por Dante en la Monarquía y por supuesto por Platón en El Filósofo, que son los mismos por los que apostaron las Cortes italianas como modelo a seguir

La idea consiste en "crear al príncipe", es decir, educarlo desde niño por los mejores filósofos a fin de convertirlo en el mejor y más justo de los ciudadanos, capaz de ser guía y modelo de su pueblo. Pues bien, en Asol, en el momento de la incursión de Bembo, quien se erige en cronista del acontecimiento, es esta reina quien gobierna, y a la que en todo momento debemos identificar simbólicamente con la reina de Chipre, es decir con la diosa Afrodita, quien está celebrando la boda de una de sus doncellas, razón por la que una serie de invitados ilustres se encuentran en la villa de Asol



Francesco Hayez, 1841. "La Reina Caterina Cornaro recibiendo a un enviado veneciano"


Efectivamente, el relato de Pietro Bembo se basa en lo acontecido durante tres jornadas distintas y comienza en el banquete de la boda donde están reunidos los más selectos personajes del momento, y los embajadores de las distintas cortes italianas.

Bembo cuenta que durante el tiempo que duraron dichos festejos todos los invitados residen en el palacio; juntos comen y celebran de día, y tras retirarse a descansar un rato por la tarde, vuelven al anochecer a festejar con música, danza y juegos de inteligencia, siendo estos los ritos sociales de las cortes ideadas por los hermetistas. Pensemos que estos banquetes se revestían de una rica escenificación teatral, con decorados fabulosos y actuaciones bien orquestadas. Grandes artistas como Leonardo da Vinci, por citar al más grande, desempeñaron el cargo de Maestros de Banquete. Y piezas teatrales que pusieron las bases de la Opera, como es la Favola de Orfeo, de Angelo Poliziano, el poeta homérico según se refería a él Marsilio Ficino, nacieron en este enmarque teatral de los banquetes de boda.

El arranque de la obra se produce justamente tras la comida, cuando aún están todos a la mesa. En ese ambiente propicio para la conversación en torno a los Misterios de Amor, y en honor a Afrodita y Eros, irrumpen dos bellas jóvenes portando un laúd y situándose a la cabecera de la mesa, donde se encuentra la reina... Si te interesa conocer más detalles ven a leer el capítulo siguiente.

martes, 13 de agosto de 2013

Pietro Bembo y Lucrecia Borgia (Introducción a "Los Asolanos" Capítulo IV)

Pinturicchi. Lucrecia como Santa Catalina de Alejandría en un fresco en los Apartamentos Borgia, en el Vaticano.

Bembo entrega a Lucrecia Borgia  su libro “Los Asolanos” con una carta, donde le habla con total confianza explicándole cual es su estado de ánimo, los sinsabores que le ha dado la vida y el modo cómo los va superando. Es decir que para nada es la típica carta protocolaria escrita a un benefactor, como era tan habitual hacer en esta época, sino que en ella, como un amigo, retoma una conversación que ambos dejaron pendiente en Ferrara un año atrás. Seguramente en la casa de los Strozzi. Copio aquí un extracto largo, no sólo porque es un estupendo documento, sino porque en realidad constituye una excelente introducción al libro de Bembo. Sin duda la obra capital del movimiento petrarquista, como tendremos ocasión de comprobar al tratar específicamente de su contenido. Dice así está carta de Bembo a Lucrecia:

Si no he enviado antes a V.M. estos diálogos que el año pasado en Ferrara le prometí mandarle en cuanto hubiera llegado aquí, me disculpe ante usted la muerte de mi querido hermano Carlo que yo, en contra de mis esperanzas, encontré que había fallecido (…) Puesto que no se puede hacer nada y que dentro de mí, por el transcurrir de este tiempo, vulgar y común medicina, más bien que por otro remedio, el dolor y las lágrimas han cedido parcialmente a la razón y a la plena consciencia de la promesa que le hice a V.M., y acordándome de mi deuda, tal como están se los mando, y lo hago aún más a gusto en este momento en el que acabo de saber que V.M. ha casado a la gentil Nicola, creyendo que sea un regalo apropiado para esta etapa de su vida, a fin de que, dado que yo ahora no puedo participar de vuestras fiestas por mis ocupaciones, ellos hablen y discutan en mi lugar con V.M., con su querida y preciosa señora Angela Borgiay con la novia, tal vez en presencia de los por mi muy amados y por el mundo honrados, y de V.M. amigos y familiares, Micer Ercole Strozza y Micer Antonio Tebaldeo y sucederá que aquello que otros jóvenes han razonado con otras mujeres entre las diversiones de otras bodas, vosotros, en las vuestras, y con vuestras doncellas y cortesanos, leeréis escrito por mí, que vuestro soy. Lo cual quizás haréis vos a gusto siendo una que es más deseosa de adornar el ánimo con bellas virtudes que de adornar el cuerpo con vestimentas, y como tal, todo el tiempo que podéis lo aprovecháis leyendo o escribiendo alguna cosa, y esto lo hacéis quizás para que en tanto que con las bellezas corporales las de las otras mujeres superáis, con las del ánimo superéis las vuestras mismas, y seáis más vos misma amando con mayor placer nuestra interioridad de lo que no plazcáis a todos los demás por fuera, aunque este placer sea infinito. Y yo me consideraré haber recibido una recompensa muy grande por esta obra juvenil pensando que por la calidad de las cosas razonadas en estos diálogos pueda suceder que de este nuestro mismo deseo, tan alto y tan digno de alabanza, leyéndolo, os volváis aún más hermosa . A cuya gracia y merced, inclinándome, me encomiendo.
En Venecia, a 1 de agosto de 1504.

Lucrecia acababa de casar a una de sus doncellas, pues era parte de su responsabilidad ocuparse de la educación de las jóvenes de su corte, en especial de las de sus doncellas a las que  procuraba un matrimonio con algún caballero que las mereciera y cumpliera seriamente con ellas. Por eso el escenario de Los Asolanos no le podía ser más conocido, ya que las conversaciones que en dicho libro se desarrollan se producen, justamente, en el entorno de la celebración de la boda de una de las doncellas de la reina de la Villa de Asol, en Cipro.

Sin duda un escenario muy bien escogido por Bembo, al tratarse de una  isla que después de 1489 en que la República de Venecia se hace con su gobierno, su reina, viuda, sigue conservando de forma independiente su corte de régimen monárquico dentro de dicha república. Es decir que en la Corte de Asol se mantuvo un régimen político basado en los principios defendidos por Dante en De la Monarquía, que son los que defendieron los humanistas como modo de organización social.

La idea, consiste en crear al príncipe, es decir, educarlo desde niño por los mayores filósofos a fin de convertirlo en el mejor y más justo de los ciudadanos, capaz de ser guía y modelo de su pueblo. Pues bien, en Asol, en el momento de la incursión de Bembo, quien se erige en cronista de su propio relato, es esta reina quien gobierna, y a la que en todo momento debemos identificar simbólicamente con la reina de Chipre, es decir con la diosa  Afrodita, celebrando la boda de una de sus doncellas, razón por la que se encuentran una serie de invitados en la villa de Asol.

Efectivamente allí se reúnen los más selectos personajes del momento, y los embajadores de las distintas Cortes italianas. El relato de Bembo se basa en lo acontecido durante tres jornadas distintas en las que se cantó y filosofó sobre Amor.  Pero eso queda para la cuarta entrega.


miércoles, 7 de agosto de 2013

LOS ASOLANOS Y EL LENGUAJE SECRETO DE LOS FIELES DE AMOR (Capítulo III)

Gli Asolanni, “Los Asolanos” o “Las Gentes de Asol”, es el libro que Pietro Bembo dedica a Lucrecia Borgia de Este, y donde mejor podemos acercarnos al pensamiento que los unió. Bembo frecuentó la amistad de Lucrecia durante todo el tiempo que éste pasó estudiando en la famosa Universidad de Ferrara, que en esa época era un centro cultural de primer orden.

Bembo deja Ferrara y retorna a Venecia donde acababa de fallecer su hermano, una muerte que sumió al poeta en una gran tristeza. Tanto que por un año interrumpió su correspondencia con Lucrecia. Un silencio que rompería cuando finalmente el libro llega a las manos de ésta. Bembo se lo manda a través de un amigo común, el famoso editor Aldo Manuzio, compañero de estudios de Pico de la Mirándola y como él miembro del círculo de la Academia florentina. Serán Aldo y Angelo Poliziano los más allegados personajes del neoplatonismo de Ficino con los que tratará Bembo a lo largo de su vida. Efectivamente de las prensas de Aldo Manuzio salió la primera edición de Gli Asolani,  de igual modo que había salido la primera de Petrarca, precisamente una edición que estuvo a cargo de Bembo.

Este, que había revivido a Petrarca en su corazón, lo hace renacer también para su tiempo en Los Asolanos donde nos entrega el dibujo completo de ese resurgimiento petrarquiano que tanto peso tendría sobre las cortes italianas, especialmente las de Ferrara, con Lucrecia y Mantua con su cuñada Isabel d'Este.  Dos princesas muy importantes en la difusión de esta poesía a través de la música, ya que la segunda apoyó el rescate de las frotolas (sólo la voz sin instrumentos, es decir a capella), que dieron paso a los  madrigales a través de su propia capilla de artistas y músicos entre los que estaba un nutrido grupo de judíos. Y ambas en sus propias fiestas, ya que eran ellas y sus damas, quienes las cantaban.  Precisamente un cancionero manuscrito por distintas manos, y con letras de canciones en italiano y español, era uno de los libros que Lucrecia se trajo a Ferrara desde Roma.

Los Asolanos es el libro que rescata el pensamiento de Petrarca. Se trata de una composición literaria que bien podría ser considerado un juego de inteligencia hecho para razonar. Y aunque estos juegos mnemotécnicos estaban divulgados entre los nobles, no todos participaban en el mismo nivel de ellos ni con la misma claridad, pues lo que para unos podía ser un juego dialéctico, relacionado con la habilidad en el discurso, para otros era un juego de ideas con el que se construían y embellecían las estancias del palacio interior. Precisamente Bembo le escribe a Lucrecia respecto a esto, que ojala las ideas en él expresadas la hagan aún más bella.

Los Asolanos es un libro que utiliza el diálogo, una forma de la literatura tradicional arraigada en Platón, con el fin de exponer los diferentes aspectos y razonamientos de la Filosofía.

En él los personajes, aunque reales, son asimismo arquetípicos y por consiguiente suponen planteamientos que pueden poner en valor temas como la justicia, la bondad, la belleza, etc.  Es un modo que ha utilizado siempre la corriente hermética, que arranca con Platón, para trasmitir conocimientos y exponer con toda claridad formas de pensamiento y de gobierno. Y así como el padre de Pietro Bembo, el embajador de la República de Venecia Bernardo Bembo, había levantado una estatua a Dante, su hijo Pietro se la levanta a Petrarca, que si bien es un escalón más abajo que el primero, como él mismo reconoció, es sin embargo un peldaño que facilita el ascenso. En realidad no podemos saber hasta qué grado de comprensión llegaban aquellos que conocían este lenguaje disimulado bajo la retórica romántica. Pero sí podemos afirmar que mientras unos poetas admiten el sentido literal de estas composiciones sobre el amor a una dama, otros ven, tras esa misma fórmula, distintos planos mucho más sutiles de esa misma realidad. Estos planos, o grados de comprensión, pueden ser tres o cuatro, según se vea, y son:

Punto de vista profano.
Punto de vista alegórico.
Punto de vista simbólico.

 O bien:

Punto de vista literal.
Punto de vista alegórico.
Punto de vista esencial o sintético.
Punto de vista arquetípico.


sábado, 27 de julio de 2013

PIETRO BEMBO ENAMORADO DE LUCRECIA BORGIA (Capítulo II)



            Pietro Bembo retratado por Rafael




Pietro Bembo se entera del matrimonio del hijo del duque de Ferrara con Lucrecia Borgia mientras permanece en Venecia. Como todos los demás había oído cosas terribles de Lucrecia. Sin embargo, de un lado y de otro de Italia y especialmente de parte de sus amigos los poetas Strozzi, padre e hijo, descubre que la gente está entusiasmada con esta princesa romana. Pronto él mismo comprobará en qué consiste la seducción que esta mujer ejerce sobre quienes la conocen. Descubrirá que esta madonna  con fama de mujer fatal, es en realidad una linda joven, de figura delicada y pelo rubio como el oro y una forma atractiva en el vestir, siguiendo la moda española. En definitiva una bella mujer que adornaba su persona con cintas en el pelo y modales refinados. Y en especial lo que en ella resalta es su fina inteligencia, algo que para Bembo no es sino la causa de aquel  sutil reflejo en su semblante. Lucrecia se desveló ante todos como una mujer excepcional, cuya preparación se ponía de manifiesto al abordar cualquier tema y en el diálogo en general. Quienes la escuchaban decían que hablaba de los temas “con mucha seriedad y sabiendo de lo que hablaba”. Bembo descubre que Lucrecia está avezada en la lectura de Dante, Petrarca, Bruni, Cicerón, entre otros. Y que con ella es posible emplear el lenguaje secreto de los símbolos  del amor y la virtud, tal y como lo entiende la Filosofía Platónica.


Bembo, que ya es un reconocido poeta, nada menos que el más destacado de su época, cuando conoce a Lucrecia cuenta con poco más de 30 años. Pronto esa mujer romana poseedora de una clase de virtud que excede la belleza física, o mejor dicho, que la provoca, despierta en él sentimientos propios de un caballero hacia su dama. Aquella con la que compartir ideas y un amor por el “lenguaje de los pájaros”, o sea, por la conversación capaz de poner música a las letras evocadoras, que es lo que al fin y al cabo conforma ese lenguaje secreto que manejaban los Fieles de Amor. Un lenguaje compartido por los iniciados en Amor, que como dice el poeta no es lo mismo que en el amor, puesto que se refiere a los que habiendo penetrado su clave pueden recrearla. Bembo se reitera en lo que ya ha oído a los demás y vuelve a comparar a Lucrecia con Venus, y con aquella gracia o energía que encarnó Helena de Troya, protegida de la diosa del amor y la sensualidad sublime.


Le escribe Bembo a Lucrecia:



“A pesar de la belleza por la que en vano rivalizan contigo la hija de Agenor y Helena de Esparta, secuestrada por el troyano Paris, sabes consagrarte a los estudios y a las artes delicadas y no dejas que tu genio quede ahogado por el esplendor de tu belleza. Si declamas versos en lengua vulgar, semejas una muchacha nacida en Italia. Si tomas la pluma, escribes versos y poemas que son versos y poemas dignos de las musas. Y si a tus manos de marfil le place tocar el arpa o la cítara, resucitan con un arte delicado las notas tebaínas. Si te place evocar las olas vecinas del Po haciendo estremecer la corriente, merced al encanto de tus notas suaves; si te place abandonarte a las danzas y saltar con pie ligero al son de la música ¡oh!, cuanto temo que de darse cuenta por ventura algún dios, no te arranque furtivamente de tu castillo y te lleve, sublimemente, con un vuelo ligero por el aire, para hacer de ti la diosa de un astro nuevo.”


Bembo y Lucrecia tuvieron una preciosa historia de Amor. Aunque para nada llegó a convertirse en un amor carnal, sino en una clase de amor sublime que únicamente quienes habían alcanzado a concebirlo intelectualmente estaban capacitados para entender. De su relación queda una hermosa correspondencia, actualmente guardada en la Biblioteca Ambrosiana de Milán, entre sus incunables, pues se trata de un códice manuscrito que Pietro Bembo realizó para Lucrecia. El manuscrito recoge la correspondencia entre ambos y consta de 11 poemas españoles, 9 cartas autógrafas que Lucrecia le había dirigido y un poema de Lope Estúñiga dedicado por Lucrecia al caballero Pietro.


Es como si Bembo hubiera condensado aquel sentimiento y aquella historia de amor platónico en dicho manuscrito, que guardó junto a un mechón de su rubio cabello que el enamorado conservó entre sus cosas.

En una de esas cartas le dice Bembo a Lucrecia:


“Cada día halláis con ingeniosa invención, manera de avivar mi fuego, como lo habéis hecho con la cinta que hoy que orla vuestra lucidísima frente”

(Continuar)


jueves, 25 de julio de 2013

Lucrecia Borgia, la hija del Papa Español (Capítulo I)

Lucrecia Borgia. Retrato de Bartolomeo Veneto

Lucrecia Borgia es, para la mayoría, un personaje fabricado por la rumorología que ya comenzó a fraguarse en su época, a caballo entre el Quattrocento y el Cinquecento. Sin embargo, aunque algunos literatos y cineastas han preferido abundar en ello al punto de preferir el personaje inventado, lo cierto es que podemos afirmar que la realidad supera a la ficción, de ahí que de todos los papeles asignados a la figura de Lucrecia Borgia el suyo verdadero resulte el de mayor interés, pues la vincula con el pensamiento de Los Fieles de Amor, es decir, con Dante, Petrarca, Boccacio y Pietro Bembo, entre otros.

La vida de esta mujer hija del Papa español Rodrigo Borgía y de su amante Vanesa Catanei, pasa por etapas muy diferentes, pues tiene varios matrimonios, uno a los 13 años con Giovanni Sforza de Milán, conde de Pesaroque por intereses de la política vaticana es anulado por su propio padre, el Papa Alejandro VI que acusa al esposo de impotencia. Seguidamente, y por esa misma política de poder, su segundo esposo, Alfonso de Aragón, Príncipe de Salerno, de Lucrecia espera un hijo, será asesinado, según opinión de muchos por un sicario de su hermano César Borgia.

Pero el destino, forjado de miles de filamentos, quiso que en su tercera boda abandonara Roma, y las intrigas del Vaticano, para convertirse, con 21 años, en la esposa de Alfonso  d'Este, hijo del Duque Ercole, ambos viudos, y por tanto en Dama de una de las cortes más brillantes de Italia y centro cultural de primera magnitud. Allí ejerció como una auténtica donna de palazzo, con toda la carga que el término poseía dentro del organigrama de las Cortes de amor y entre todos aquellos que participaban del ideal humanista del Renacimiento, esto es, ser la contraparte femenina de la pareja de gobernantes en un tiempo en el que, como sabemos, se recuperó por parte de ciertos grupos intelectuales (encabezados por miembros de la Academia Platónica de Florencia de la que eran miembros destacados, Marsilio Ficino y Pico Della Mirándola), el valor del pensamiento y la Filosofía, tal y como fue formulada por los clásicos Platón, los Textos Herméticos, los Oráculos Caldeos, etc. (continuar)

jueves, 18 de julio de 2013

Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos


Portada del Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos, la monumental obra de Federico González Frías


Para los que os acercáis a este lugar porque esperáis encontrar novedades que os resulten afines, os invito a conocer esta obra insigne, e incluso heroica en los tiempos que corren, del autor más cualificado de la Tradición Hermética y el Esoterismo Occidental, como muchos saben. Un libro considerado como semillero de palabras y de ideas y un arca de símbolos según las opiniones de sus lectores, y de todo aquél que se esté dando cuenta de aquello que, por otro lado, señalan todas las Tradiciones, que estamos viviendo los últimos estertores de este Fin de Ciclo y por ello mismo de la importancia que en estos tiempos tiene el lenguaje y el conocimiento de los niveles de lectura que tienen las cosas.

Estas son algunas de las opiniones que hasta ahora ha suscitado esta obra:

 
"Ningún Diccionario había penetrado hasta ahora en el símbolo tan íntimamente como lo hace esta obra de Federico González Frías. Estos textos no son una «aproximación» a los símbolos, una explicación de ellos, sino que es el propio símbolo el que nos está hablando: con gracia, sencillez y precisión". Mª Victoria Espín
.
 
"Es un instrumento de trabajo en nuestras labores herméticas y metafísicas, pero él va más allá en el sentido de que trata al símbolo y a todo lo que éste significa no sólo como un soporte en el camino del Conocimiento, sino que habla de ese Conocimiento mismo que el símbolo le revela. Es una experiencia viva, y vívida, efectiva, la que se plasma en este Diccionario, y esto, para quien realmente lo sepa apreciar puede ver en él un punto de referencia permanente para ir verificando, y contrastando, su propia experiencia en ese camino, es decir en su aprendizaje de la Cosmogonía Perenne. Esto sólo sucede con obras que, como las de nuestro autor (y ésta en particular), están destinadas a desempeñar una función axial dentro del ámbito al que van dirigidas especialmente. Así ocurre también con la obra de René Guénon". Francisco Ariza.
 
"El libro puedes leerlo, bueno, jugarlo, saltando de una voz a otra correlativamente, desde la “A” hasta “Zoroastro”; aunque también admite abrirlo al azar, o bien seguir circuitos circulares o espirales que se insinúan con estos signos, e igualmente descubrir por ti mismo muchos otros recorridos sutiles. Es tan amplio y profundo como las seis direcciones del espacio tridimensional, tal cual la caja cúbica del cosmos, en la que tú te sitúas en la encrucijada de todas las coordenadas". Mireia Valls.
Sin duda éste va a ser un buen manantial que nutrirá nuestro blog.
*

La obra: Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos ha sido editada por Libros del Innombrable (Colección Thot, Zaragoza, España). Tiene 1076 entradas y 880 ilustraciones b/n, y 926 páginas. (Disponible en Amazon y otras librerias) (Diccionario en la red)
Espero que la gocéis. Núria.

 

viernes, 31 de mayo de 2013

Isabel de Este


Texto del Video.
"Isabel de Este, la Gran Dama del Renacimiento"

Isabel de Este fue la gran dama del Renacimiento la cual se distinguió por la cantidad y calidad de las personas de las que se rodeó durante toda su vida ya fuera dentro del mundo del arte, la literatura o la política. Su enorme correspondencia, pues más de 30.000 cartas que se conservan así lo demuestran. Lo cierto es que Isabel se movió, como ninguna, con soltura y determinación en todos los ambientes de las cortes italianas, por lo que fue descrita como “La prima donna del mondo”.

Entre sus amigos podemos nombrar a pintores como Andrea Mantegna, Tiziano, Rafael, Leonardo da Vinci, Correggio… escultores como Cristóforo Romano, escritores, como Pietro Bembo o Baltasar Castiglione, autores de los Asolanos o el Cortesano, respectivamente, poetas como Angelo Poliziano o Mario Equicola, su tutor y también amigo de la Academia platónica de Marsilio Ficino, músicos, como Guillermo Hebreo de Pesaro, matemáticos como Luca Pacioli quien le dedicó un libro sobre ajedrez que ilustró Leonardo, amigo de ambos, y que en esa misma época realizó a Isabel el bosquejo de un retrato donde se ha visto la imagen de la Gioconda, y por supuesto fue amiga de los Médici, gobernantes de Florencia, en especial de los hermanos Giuliano y Lorenzo el Magnífico. También se relacionó con poetisas, escritoras y mujeres de letras como Vittoria Colonna, la musa de Miguel Angel, Verónica Gambara, Cecilia Gallerani, la dama del armiño, Giulia Gonzága coautora junto a Juan de Valdés de unos famosos diálogos cristianos, etc. etc.

Isabel no sólo fue la mujer mejor relacionada de todo el Renacimiento, también era la más elegante, la más refinada, la más admirada y la más culta. Su fama no se limitaba a su Italia natal, sino que se extendía a toda Europa. Equicola, que fue su secretario, nos cuenta que acompañó a Isabel en varios de los muchos viajes que ésta realizó, mencionando los interesantes hallazgos que pudo hacer y las facilidades que obtuvo estudiando determinados archivos a los que pudo acceder gracias a las gestiones diplomáticas de esta dama. Hija de Ercole de Este y de Leonor de Aragón, señores de la corte de Ferrara, Isabel recibió una educación esmerada propia del humanismo, basada en el estudio de las artes liberales, el conocimiento de los clásicos y el aprendizaje de distintas lenguas entre ellas griego y latín. A dicha escuela ferrarense asistieron igualmente personajes de la talla de Pico de la Mirandola o el editor Aldo Manuzio entre otros muchos humanistas venidos de distintas cortes de Europeas. De Ferrara se trasladó a Mantua donde al casarse con Francesco Gonzaga, condotiero de profesión, se convirtió en Marquesa de esa pequeño estado que bajo su mecenazgo llegó a ser la corte más atractiva del momento, pues a pesar de contar con poco presupuesto en comparación con la de Milán donde era duquesa su hermana Beatriz, casada con Ludovico el Moro, o la de Urbino, en la que era duquesa su cuñada Elisabeth Gonzága, o la propia corte de Ferrara, donde la duquesa era Lucrecia Borgía, esposa de su hermano Alfonso, sin embargo la de Mantua fue la que alcanzó, en esa época, mayor nivel cultural de tal modo que todos los artistas acudían a ella a ofrecer sus servicios. Se decía entonces que la marquesa conseguía grandes cosas con mínimos recursos.

Nada más llegar a Mantua Isabel construye su studiolo en la torre del castillo de San Giorgio, en donde guarda los objetos más queridos, pequeños bronces, preciosos manuscritos, instrumentos musicales y un globo con el que sigue los viajes de Colón. Isabel fue la primera mujer en tener en su residencia, una habitación privada de esas caracteristicas, que hasta entonces sólo poseían los señores y que utilizaban para entrar en ella a meditar antes de tomar una decisión importante. Isabel cubrió de pinturas mitológicas las paredes de su studiolo para ello cuenta con Andrea Mantegna, pintor de la corte que ya había realizado en el palacio otras obras como los frescos de la "Camara de los esposos", quizá la habitación más preciosa de cuantas se han decorado. A este maestro de la perspectiva le encarga dos escenas: "El Parnaso" y " El triunfo de la Virtud ", aunque también intervienen en la decoración de su studiolo Perugino, Giovanni Bellini, Lorenzo Costa y Corregio, entre otros. Sus piezas arqueológicas, sus esculturas y sus pinturas distribuidas en distintas zonas de la casa significó un cambio fundamental en la decoración del palacio, pues no serán los retratos familiares o de vida palaciega, ni las escenas de caza, militares o religiosas, las muestras que decorarán las estancias de San Giorgio, sino que trae al entorno imágenes que evocan su propio mundo interior y aquellas ideas que quería traer a su meditación para que influyeran en su pensamiento. Todo lo cual forma parte de la magia-teúrgica que acaba confirmando que uno es de la misma sustancia de las imágenes que le alimentan.

A su studiolo solía invitar a sus íntimos amigos, todos aquellos con los que podía mantener conversaciones que elevaran el espíritu y la mente, tocar y oír música, otra de las pasiones de Isabel, y recibir comunicaciones de lo que sucedía en otras. Cortes o novedades de América. Isabel es del todo exigente con los pintores a los que prescribía los temas que quería para los cuadros, y no sólo eso, también las dimensiones exactas que debía tener el lienzo y hasta los colores, los tonos e incluso la composición de las imágenes, también tenía en cuenta por donde, una vez colgados, debía llegarles la luz, cosa que dependía de si iban a tener cerca un ventanal a la izquierda, a la derecha o en frente. El caso es que el cuadro llegara a formar parte del escenario de modo que todo estuviera en armonía. A veces los artistas se quejaban de que nos le dejaba libertad en el diseño y ella a su vez les reprochaba ser menos dóciles que los escritores que sí seguían sus indicaciones. Pero Isabel no era una excéntrica sino que sabía muy bien qué deseaba obtener a sus artistas plásticos para quienes había traducido, junto al platónico Equicola, el libro de Filóstrato, donde este autor clásico describe una galería de la antigüedad construida sobre la bahía de Nápoles, poniendo en palabras todas las pinturas que allí había para que los jóvenes artistas que le escuchaban supieran qué atributo identificaba a cada dios, a cada mito, a cada escena, no fuera el caso que por desconocimiento de esos atributos, dejándose llevar de sus inspiraciones personales, tergiversaran el sentido de la obra. En 1519, tras enviudar, Isabel decide trasladar su studiolo desde la torre del castillo a un nuevo emplazamiento en la planta baja , donde reproduce su antiguo studiolo con todos sus tesoros, pero además añade espacios nuevos, como la Gruta, el Jardín Secreto y un gran Salón para reuniones a donde lleva todas sus antigüedades y piezas arqueológicas, algunas obtenidas en Delos, cuna del mayor templo de Apolo, recuperándolas así de la destrucción, ya que nadie, por aquél entonces, ecepto estos humanistas, conceden importancia a lo que se considera algo viejo y ruinoso.

Para la Gruta se realizaron trabajos de incrustaciones extraídos de arquitecturas literarias donde se describían ciudades imaginadas . Mario Equicola, que era uno de los que conocía bien este lugar nos cuenta que la gruta estaba plagada de toda clase de delicias. Isabel no sólo se ocupó de crear en Mantua las mejores bibliotecas y de encargar las más bellas ediciones de los libros de los clásicos, en especial de Virgilio que por algo sus obras habían sido escritas en aquella tierra mantuana. También gobernó con decisión para conservar la estabilidad de su estado, dado que su esposo Francesco, como capitán de un ejército, se pasó la vida en combate, preso o postrado en cama por la enfermedad que se lo llevó con poco más de 50 años. Isabel, que vivió una larga vida dedicada al estudio, la música, los viajes y las relaciones personales, se interesó también en la figura de María Magdalena haciéndose retratar ella misma en ese papel, asimismo compuso, junto a su amiga Verónica Gambara, una iconografía propia para esta discípula de Cristo, una forma nueva que mostraba a la santa desnuda como una Venus y absorta en la lectura. Esta Magdalena Leggente, fue un encargo que la marquesa hizo para su gruta a Correggio. Por cierto una representación que en los siglos sucesivos fue imitada por otros pintores. Equicola, autor entre otros De natura de amore, donde trata de la naturaleza metafísica y poética del Amor Cortés, obra inspirada en el De Amore, de Ficino, escribió también un tratado sobre la divisa de Isabel: Nec spe nec metu. “Si nada espero, nada temo”. Mª Angeles Díaz.

jueves, 6 de diciembre de 2012

ORO, INCIENSO Y MIRRA

Los tres Reyes Magos en la Basílica de San Vital, Rávena, Italia
Oro,
porque es la exaltación de la luz en la materia.
Incienso,
porque crea la atmósfera propicia para todo renacer, y
Mirra,
porque es el elixir de la Vida Eterna.
 

¡Feliz Navidad!

lunes, 25 de junio de 2012

El Viaje del Conocimiento. Diálogos con Federico González

.
Federico González, Junio de 2012, durante los días en que se ponía en escena su obra "Noche de Brujas", en su terraza. Barcelona. Al fondo el Tibidabo. 
Foto Núria 


Publico con gran satisfacción un fragmento de los Diálogos mantenidos entre Federico González y Mª Angeles Díaz en Barcelona, los cuales forman parte de las últimas actualizaciones de la Revista Symbolos y que desde aquí invitamos a leer completos.


P¿Qué te llevó a centrar la realidad del símbolo y a describir la Cosmogonía tomando como modelo la rueda?

 R–Bueno, sin duda porque advertí que entre los numerosos símbolos que aparecen en una y otra tradición o civilización, este símbolo siempre merece una atención especial, y no sólo porque éste se da en todas las culturas de las que tenemos noticia, sino también por sus innumerables posibilidades y la diversidad de campos que abarca y, no menos importante, la acción concentradora que ejerce en el estudio y el ordenamiento indispensable en cualquier investigación seria.
Después de un silencio añade:

 –También me interesaron, y me siguen interesando, las relaciones, coincidencias y analogías realmente indefinidas que la rueda puede establecer con los numerosos símbolos que aparecen en una u otra civilización o cultura.
PSueles decir que la rueda es un símbolo que no sólo explica el universo, sino que lo sintetiza y en ese sentido lo contiene. ¿Lo más pequeño es lo más poderoso?

R–Sin duda. En todo caso lo que puedo decir es que ésa es una máxima hermética que he mantenido a lo largo de toda mi vida.

P¿A qué te refieres?
R–A que siempre aposté por lo más pequeño, pero no por una cuestión "tipo humildad", ¡o vayas a saber qué onda...!, sino por la misma razón que lleva a que el árbol en todo su despliegue esté ya contenido en su semilla, o que en el huevo esté el origen del ser.
PEs decir, lo pequeño como sinónimo de lo más sutil e invisible, pero conteniéndolo todo en potencia.
R–¡Exacto!

PEsto nos lleva a la idea de un centro generador, de un "motor inmóvil".
R–Así es, y esa idea de centro es lo que da todo el sentido a la rueda, al universo, o a la manifestación, si así se prefiere. Es gracias al centro que podemos concebir aquello que nos hará salir de esa manifestación, o sea del movimiento reiterativo de la periferia de la rueda. Me estoy refiriendo, claro está, a lo inmanifestado, que es nuestro verdadero origen.
P–Es aquello del Tao-te-King, donde dice que "treinta rayos convergen en el centro de la rueda, pero es el vacío que hay en él lo que hace útil a la rueda".
PCiertamente –le digo yo–, resulta todo un misterio que sea el punto inmóvil de la rueda el que provoque en ella su movimiento.
R–Así es. Tenés toda la razón.
P¿Crees que el universo tiene un plan?
R–¡Claro que tiene un plan! ¡El propio cosmos es el plan!
P¿Y una estructura?
R–Sí, en el sentido de que es un modelo y tiene leyes bien precisas, que se manifiestan geométrica y numéricamente. En realidad esta estructura es la expresión de una Inteligencia universal, que permaneciendo secreta e invisible es el prototipo de todo lo que puede ser llamado orden o inteligencia. Esas mismas leyes nos hablan de un equilibrio y armonía universal, que conforman un lenguaje articulado relacionado con otra visión del espacio y el tiempo.
 –Pero dado que estamos hablando de la rueda conviene no olvidar que ésta, como cualquier otro símbolo, es siempre el vehículo que nos lleva a trascender el cosmos, una región que pertenece al ámbito de la metafísica, y de la que poco o nada puede decirse.  Leer completa en
https://www.2enero.com/textos/s32madiaz1.htmlSymbolos.com



martes, 12 de junio de 2012

Sobre "Noche de Brujas" Teatro de la Memoria Federico González Frías

Algunas de las protagonistas estudian el cuadrado mágico de Saturno, "verdadera síntesis del Cosmos"
Con las siguientes palabras de bienvenida, pronunciadas por Antoni Guri, recibió La Colegiata a su público antes de la representación de "Noche de Brujas" de Federico González Frías, que mereció nuevamente el encendido aplauso de los asistentes, quienes  elogiaron tanto la belleza del texto como la magnífica puesta en escena así como el sólido trabajo de esta "tropa de actores" de La Colegiata. Comparto pues mi alegría con todos los que os acercáis asiduamente a conocer las noticias que se publican en este Calidoscopio Cultural, que se hace eco de noticias tan relevantes, pues se trata nada menos que de autores contempóraneos que, como Federico González, actualizan con su gesta literaria la doctrina de una Filosofía Perenne. Núria

 
Estamos muy contentos de compartir con vosotros hoy esta doble celebración. Por un lado se cumplen cinco años del nacimiento de La Colegiata, cuando Federico González, nuestro fundador y director nos propuso abrir una nueva vía de investigación y estudio en el marco de la Simbólica: el Teatro, el Símbolo en acción, el Rito. Con lo que no veníamos a añadirle nada al hecho teatral mismo sino más bien al contrario, a despojarlo de los añadidos y buscar su esencia, hacer memoria de su origen. Como todos sabemos los orígenes del teatro son míticos y en occidente tienen que ver con los Misterios Dionisíacos. Dioniso es pues nuestro patrón, el Dios del vino y de la embriaguez extática, el Dios dos veces nacido que emerge triunfante periódica y definitivamente después de descender y visitar lo más profundo de los infiernos, para renacer nuevo, transmutado. Y este descenso y ascenso en verdad simultáneos es lo que el teatro ejemplifica, ritualiza.
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Cuando Federico nos hizo esta propuesta la mayoría de nosotros no teníamos ninguna experiencia en el terreno teatral pero fuimos arrebatados por la idea y nos pusimos desde el primer momento a trabajar con entusiasmo. Ahora con la perspectiva que nos dan estos cinco años advertimos que ha sido un periodo muy fecundo, y no sólo en lo exterior –hemos estrenado nada menos que seis obras distintas- sino principalmente en lo interior, en el secreto del corazón de todos aquellos que hemos tenido la suerte de laborar en ello.
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Hoy también celebramos la inauguración de este nuevo espacio: El Teatro de Cámara La Colegiata. Nombre que como en la "música de cámara" a diferencia de la música sinfónica, se refiere a un formato reducido, un carácter más intimista y donde prevalece la proximidad del espectador. Esto pone de manifiesto la unidad que conforman actor y espectador, su complementariedad. Y complementariedad es intercambio: todo actor en la medida que observa su interpretación, se distancía de ella y contempla su transformación es de por sí un espectador, del mismo modo que cualquier espectador en la medida que interioriza aquello que ve y lo hace suyo, lo actualiza y deviene por tanto actor.
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Precisamente en la obra que vamos a ver el papel del espectador es fundamental. Seguramente no es el papel que escogeríamos, no se trata de un papel agradecido ya que viene a representar todo aquello con lo que el ser humano a lo largo de la historia se ha ido identificando, pero que en realidad no constituye su verdadero ser, sino que tiene que ver con los aspectos más externos, groseros e invertidos, con la ignorancia y el error. Pero es precisamente reconociendo esta energía en todos nosotros -espectadores y actores- que podemos llegar a percibir lo que no es eso y sí constituye nuestra identidad, algo indefinible, inefable y que bien podemos llamar Misterio. Un misterio que cada vez cobra más presencia y que en última instancia es lo que nos ha convocado hoy aquí y ahora.
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Y ya les dejamos con “Noche de Brujas, Acto Sacramental en dos actos”, obra escrita y dirigida por Federico González Frías. Y en la que hoy de nuevo tenemos la suerte de contar en el papel del diablo con Carlos Alcolea, un verdadero actor miembro de La Colegiata desde su fundación, del que cada día aprendemos algo nuevo y quien cada día nos contagia con su entrega y su energía.
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Nada más, esperamos que les guste, porque todo lo que hemos dicho no está reñido con que pasen un buen rato". Antoni Guri. Publicado en el Blog de la Colegiata

Parte del círculo que forman las brujas, en torno al eje invisible, consultando sus oráculos

A continuación unas palabras del autor, Federico González Frías en exclusiva para este medio:

Junio de 2012

"Quiero agradecer por este medio a todos aquellos que han contribuido a que este nuevo local (la sala que lleva mi nombre) pudiera crearse y que han llevado a cabo felizmente una actuación más de un texto mío.
Ellos son los miembros de esta tropa teatral llamada La Colegiata, a quienes dedico mi agradecimiento fraterno".
Federico González Frías
                                               

lunes, 28 de mayo de 2012

Teatro de Cámara de la Colegiata


Tengo el gusto de compartir con todos vosotros la siguiente noticia:

La Colegiata Marsilio Ficino inaugura su nuevo Teatro de Cámara con tres nuevas representaciones de "Noche de Brujas". Auto sacramental en dos actos", de su director Federico González Frías.
Como todos nuestros lectores y amigos saben se trata, en todas las obras que La Colegiata interpreta, de un Teatro Hermético de la Memoria.
Sesiones:
• Viernes, 8 de junio de 2012, a las 20:30 h.
• Sábado, 9 de junio de 2012, a las 20:30 h.
• Domingo, 10 de junio de 2012, a las 18:00 h.

Entrada:
• La entrada es libre, pero el aforo muy limitado, por lo que debe reservarse plaza para alguno de los tres días en el tel. 635 580 500.

Lugar:
• Calle Anna Piferrer 16 (entrar por la verja blanca y seguir hasta el final). 08023 Barcelona. También se puede entrar por Calle Ca l'Alegre, 8.

Transporte:
• Metro Penitents. Subir por la acera izquierda de Anna Piferrer y entrar por la primera verja blanca, siguiendo hasta el jardín del fondo.
• Ronda de Dalt: Salida 6 "Vallcarca".
Mapa y fotos:
http://goo.gl/maps/J1LC - http://goo.gl/maps/AptS - http://goo.gl/maps/Fiiy


Nota compartida a través de Federico González Frías: Alquimia y Cábala, Teatro y Novela Marginal.

lunes, 7 de mayo de 2012

Los herederos de los bardos


Los herederos de los bardos nos hemos declarado en huelga, se proclama la rebelión de los poetas, un tono gremial empapa esta página. La urgencia de actuar inmediatamente, con velocidad fugaz, en minúsculos toques de atención para que la humanidad despierte. La imperiosa necesidad de un metalenguaje que genere otros códigos, para que el poeta pueda cumplir tan noble como antiguo oficio. ¡Devuélvase al bardo el don de la profecía! ¡Que se sepa que somos un honorable personal jerarquizado y que nuestros antecedentes son sagrados! Venimos de la casta de Homero, de Virgilio, de Dante, de la de los trovadores de todos los pueblos. Señores, formemos una corporación parlante, una estructura audible. Una organización sonora que sea como un templo, como una caja de resonancia, para que la Inspiración pueda recibirse y la Música y la Poesía se expandan por el Mundo entero.

Compartido de Facebook. Miscelánea (Federico González Frías)

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viernes, 4 de mayo de 2012

La Cruz de Mayo


Patio cordobés, engalanado para acoger la "Cruz de Mayo"


Son muchos los pueblos de la tierra que de forma unánime han celebrado la llegada de la Primavera, que es como decir el renacer de la vida y el triunfo de la luz que ya comienza a emerger tras el solsticio de Invierno.
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Es lógico que todos esos pueblos coincidan en ver en este despertar de la naturaleza la culminación de un ciclo, análogo al desarrollo mismo de la manifestación, y por ello dejen marcado en la rueda de su calendario y en su ordenamiento del tiempo, un espacio significativo, una fiesta, que distinga ese acontecimiento periódico y jubiloso. Un espacio en el que las flores, revestidas de su tenue y a la vez esplendorosa belleza, son el elemento principal capaz de aflorar, seguramente por asimilación empática, la alegría en los corazones de quienes admiran la perfección de sus formas, se deleitan con sus fragancias de múltiples matices o se embelesan con las tonalidades de sus colores. Flores que en definitiva se toman como una expresión de la belleza, que como el maestro Platón advirtió es un reflejo de lo verdadero.

Uno de los balcones

Por ello, desde el punto de vista de la literatura tradicional, los jardines siempre evocaron el paraíso de los poetas, el jardín del Edén, la casa del Bienamado de la que, en realidad, aunque se viaje, se vaya y se venga, uno nunca se ausenta.
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En España son distintas las ciudades que celebran con romerías y procesiones la Fiestas de la Primavera y todas ellas están enraizadas en Roma. Recuerdo las de Murcia (uno de los nombres de Venus), en las que durante un cortejo de carrozas adornadas de flores y guirnaldas es portado el caduceo de Mercurio entre otros elementos paganos. También he tenido ocasión de estar presente en “la festa de les flors”, en Gerona, Cataluña, aunque son célebres en muchas otras regiones de España y de Europa.
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Pero sin duda es en Andalucía, la región al sur de la Península Ibérica, distinguida por el Imperio Romano como La Bética (las otras partes de la división peninsular fueron la Tarraconense y la Lusitania), donde la explosión de las flores luce más vistosa, especialmente por los patios de las viviendas y los balcones de las casas, que cada año compiten en hermosura y que han llegado a constituirse en patrimonio cultural y de atracción de visitantes. Es durante los primeros días de Mayo cuando los patios a través de sus verjas aparecen revestidos de color reclamando la atención del paseante que contempla y participa de la sensación que provocan en el ánimo esas efímeras, pero contundentes, bellezas naturales. Uno, cuando las contempla, como cuando mira el cielo en una noche estrellada, de un modo u otro se pregunta ¡…diantres! ¿Quién las creó?

Una de las muchas cruces tapizadas con flores que pueden verse estos días en muchos pueblos del sur de España. la de la foto está hecha con claveles rojos y blancos la flor más representativa de Andalucía.

Es en Andalucía y en ciertos lugares de Hispanoamérica donde convive, entremezclada con las Fiestas de la Primavera, la Cruz de Mayo, una tradición cristiana que data del año 300 d.C., la cual muestra un periodo de unión entre el pensamiento pagano de la antigua Roma y el Cristianismo, escogido en ese momento por la Providencia para renovar el mundo imaginado.

La Cruz de Mayo es una tradición que consiste en adornar majestuosamente una cruz o realizar con las más hermosas flores, principalmente claveles y rosas, una cruz y depositarla en el medio de un jardín, en una plaza pública o en la puerta de las iglesias, donde todos puedan verla. Se trata de una tradición que conmemora la hazaña de una mujer, Flavia Iulia Helena, madre de Constantino, el emperador a quien se debe el decreto de tolerancia religiosa en un momento en el que los cristianos estaban siendo perseguidos.

El emperador Constantino y la emperatriz Helena, su madre.
Cuentan que Helena, aunque era ya anciana, realizó la primera expedición arqueológica a Jerusalén en pos de rescatar la Vera Cruz, esto es, la verdadera Cruz donde fue crucificado Jesús, para dar testimonio de la presencia en la tierra de aquél del que hablaban los cristianos y cuyas palabras resonaron en el corazón de esta mujer y su hijo, Constantino, el primer emperador romano convertido al cristianismo.
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Por el relato de los historiadores que siguieron sus satisfactorias pesquisas, sabemos que una vez obtuvo la información precisa, de parte de los judíos de Jerusalén, acerca del lugar exacto donde estaba enterrado el sagrado madero, mandó excavar el lugar, “supervisando ella misma los trabajos” que dieron finalmente con el hallazgo de la reliquia.
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Mandó la Emperatriz hacer de la Cruz tres partes. Una fue trasladada a Constantinopla, otra quedó en Jerusalén y la tercera la llevó a Roma para ser conservada y venera en la iglesia “de la Santa Cruz de Jerusalén”, donde la emperatriz es recordada como Santa Elena. Núria 


Moneda con la imagen de la emperatriz Helena, dama que encontró la Vera Cruz


Publicaciones anteriores sobre la Cruz de Mayo en este Blog

El actual post fue publicado con anterioridad en Mayo de 2009, con el título: Viaje a la Bética.
Cruz de Mayo del 2010
Cruz de Mayo en los Pueblos de España

viernes, 27 de abril de 2012

CHIMENEAS DE GAUDI EN EL PALAU GUELL

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Desde el punto de vista de la simbólica tradicional la casa es una imagen del cosmos. Es por lo tanto un organismo vivo que respira por sus ventanas y aberturas, siendo la chimenea la representación axial de la salida del cosmos, aquello que nos conecta con los espacios increados y siempre con el misterio.
Es evidente que existe una analogía entre la casa y el propio individuo, en tanto que éste posee un cuerpo que da cobijo a un alma la que a su vez es sede del espíritu en su descenso. Por ello, en ciertas organizaciones iniciáticas, la abertura al cosmos a través de la cual penetran las influencias celestes se significa a través de la tonsura en la coronilla.
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Las chimeneas están señalando el corazón de una vivienda, siendo el hogar el lugar de reunión familiar en torno al cual los más viejos transmiten las leyendas y tradiciones a los jóvenes.
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Estéticamente hablando, las chimeneas suelen dar a una casa un perfil determinado y en muchos casos embellecen un edificio dando vida e identidad a los territorios. Pienso por ejemplo en algunas ciudades portuguesas en las cuales sus chimeneas marcan de manera muy destacada el paisaje urbano.
Las chimeneas que Antoni Gaudí, el gran arquitecto catalán, realizó para los Güell (una interesante familia de mecenas) en el Palau Güell, es la más exquisita excusa que podíamos haber traído para sacar a colación el tema de las chimeneas. Efectivamente, en todos los edificios civiles que Gaudí construyó, las chimeneas no son únicamente un accesorio práctico, sino que éstas embellecen y dan relieve a las azoteas, que hermosean así decoradas con sus peculiares conductos (las de la casa de La Pedrera son un ejemplo bien conocido).
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Gaudí es un arquitecto excepcional, original, meticuloso en los detalles, visionario, pero también práctico, todo lo cual se deja ver en la realización de toda su obra, catalogada de monumental y magnífica, la cual se halla repartida por distintos lugares de España (especialmente en Cataluña), poniendo de manifiesto lo que decimos.
Gaudí fue además un genio innovador que supo rodearse de los más excelentes artesanos (albañiles, carpinteros, vidrieros, ceramistas, cerrajeros, pintores, orfebres, forjadores, etc.) y artistas, que siguieron al maestro como los componentes de una orquesta ejecutando las indicaciones del director, y así fue como supieron trasladar en lo concreto las brillantes ideas de Gaudí, muchas de ellas inspiradas en las formas y fuerzas equilibradoras de la naturaleza. Me refiero, por ejemplo, a sus columnas imitando los troncos de las palmeras, incluso sus naturales curvaturas debidas a la proximidad del agua o la fuerza de los vientos.
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También podemos destacar en este apartado la construcción de su famoso arco catenario, que es aquel cuya curva está descrita por la caída natural de una cadena suspendida por sus extremos y sometida a un campo gravitatorio uniforme. Gaudí pensó en invertir ese arco y aprovechar el equilibrio de esta curva matemática para construir sus ventanales y puertas, a los que dio diferentes amplitudes.
A este maestro de la arquitectura le interesó, por encima de todo, el diseño del Universo, y por ello creó un nuevo lenguaje arquitectónico espectacular, armonioso, sugerente, cálido, seguro, y al mismo tiempo cómodo y alejado de la suntuosidad. Una arquitectura abierta a los espacios que enaltece con la grafía de sus formas, análogas a las que advierte en la flora y el paisaje del Mediterráneo, o sea, en el diseño que el Gran Arquitecto Universal proyectó para esta parte de la Tierra que Gaudí amó y a la que prestó gran atención a la hora de recrear ese paisaje. Muestra de ello la tenemos en la representación de la palmera Margalló, una variedad de palma que sólo crece en esta parte del mundo, algo que no pasó desapercibido para este creador que la imaginó en la forja donde la plasmaron sus artesanos.
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En su nuevo lenguaje, este catalán universal, con una visión mágica de las cosas, bebe en las fuentes de la propia tradición arquitectónica que se desarrolló desde antiguo en la península ibérica a través de sus distintas corrientes, autóctonas o venidas de aquí y de allá: románicas, mozárabes, góticas, mudéjares, renacentistas, neoclásicas. Todo ello queda integrado en su arquitectura para conformar la hermosa y sugerente síntesis de su arte, muy alejado de cualquier sincretismo. Todo un ejemplo.
De ahí que Gaudí sea el máximo representante del modernismo en España y Cataluña, esa preciosa tendencia artística de finales del siglo XIX y principios del XX que, como sabemos, floreció en distintos lugares de Europa, denominándose Art Nouveau en Francia. Por suerte Gaudí sigue vivo, pues la influencia de su arquitectura se deja sentir todavía, y son muchos los arquitectos de todo el mundo que lo tienen como referente.
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No podemos dejar de señalar que entre sus obras arquitectónicas se destacan, por su popularidad y magnificencia, la Sagrada Familia, el Park Güell, la Casa Milà (conocida como La Pedrera, anteriormente citada), la Casa Batlló o la Cripta de la Colonia Güell, por citar las más conocidas.
Ni que decir tiene que cualquiera de sus edificios es susceptible de un estudio pormenorizado, pero hoy nos hemos detenido en estas chimeneas del Palau Güell, verdaderas muestras de que el ingenio y el buen gusto no están reñidos con la funcionalidad y limpieza de la obra. La cosa es que Gaudí levantó este palacio en medio de una manzana, y puesto que tenía ciertos límites, lo elevó con ocho plantas, acondicionando cada habitación con un hogar que diera calor a las estancias y las hiciera confortables.
El condicionante de poner un hogar en cada habitación, incluso en los baños, le obligaba a tener que colocar muchos conductos, y claro está, muchas chimeneas que debía colocar en la terraza. Por ello se le ocurrió una linda, peculiar y elegante manera de hacerlas. Construiría pequeños torreones atractivos a la vista de los vecinos y alegres para las personas que subían a tender la colada o a admirar desde lo alto la bella ciudad de Barcelona entre el mar y la montaña. Y así estas chimeneas aparecen con sus formas enigmáticas y perfiles llenos de magia haciendo que caminar entre ellas sea una fantasía. Unas aparecen recubiertas de colores, logrados a base de aplicar el famoso trencadís cerámico, otras están hechas de ladrillo toledano, de piedra…Y así construyó una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve… Lo cierto es que caminando sobre la azotea del palacio, se pierde la cuenta. Aquí van unas cuantas imágenes. Núria









  
Forja de Antoni Gaudí imitando la hoja de la palmera mediterránea Margalló, bajo estas líneas.



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